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La Llave En El Lago

Capitulo 100:

Cuando sirvieron la cena, el ambiente era diferente al de la mañana pero aun asi seguia estando lúgubre y era que en la mañana no habían tenido la oportunidad de asimilar las noticias de la guerra pero ahora sí por lo que ya todos en la mesa estaban resignados y sabían exactamente lo que se venía, Amelia no estaba segura de que haria, si irse con Edward y Olivia o quedarse a probar suerte en la mansión.

Amelia vio como Cipriano entraba confundido en el comedor, tenía enormes ojeras y no se veía nada descansado aun así de todos los presentes él era el que menos parecía estar preocupado por la situación o era acaso que estaba tan resignado que no quería pasar sus últimos momentos llorando sobre la leche derramada:

-Disculpen la tardanza nadie me llamó para cenar -se excusó él viendo a Amelia fijamente,”¿es que acaso esperaba que lo despertara?” pensó ella y que ella no sabía cómo actuar, cuando ella estaba con él olvidaba a Erick y que no estaba en con su familia pero ese sentimiento tenia que ser reprimido, él hiria a la guerra y ella mas que nunca necesitaba que regresar a su epoca no podia dejar que Edward y los otros cargaran con ella cuando sus vidas incluso peligraban, pero desde que ella se habia sincerado con Cipriano de sus sentimientos no podia dejar de pensar en él ¿Como se debe actuar cuando quieres estar con alguien con el que nunca podras estar?

-Pensamos que sería mejor que descansaras, te enviaremos la cena a tu habitación -dijo Edward

El resto de la cena fue silenciosa, Cipriano y Edward informaron que el día siguiente muy temprano irían a buscar a las hijas de Donato, lo que alegró enormemente a Mary Ann que se había hecho amiga de las niñas y que no terminaba de comprender bien la situación, el padre de Mary Ann y su madre le había dicho a Edward que ellos se quedarían en el país ya que tenían demasiados familiares y no podían irse pero le habían encargado el cuidado de su hija pensando que en dado caso el conde le daría un mejor futuro y le hizo prometer a Edward que no le explicará la situacion a Mary para que no se preocupara en cambio la haría pensar que estarían en unas vacaciones muy largas…

Amelia se dirigió a su habitación pensando en como una simple declaración podía cambiar tus planes y maldiciendo su suerte ¿Por que era Erick el que vivía en su época y no Cipriano? al llegar a la puerta de la habitación no dudó en abrirla, esa madrugada cuando le había rogado a Cipriano que durmieran juntos lo había hecho por temor a sus alucinaciones y en la tarde cuando habían dormido juntos lo había hecho con gran gusto:

-Amelia -Cipriano la sacó de sus pensamientos -¿estás bien? tienes un rato parada allí

-Oh sí… estaba pensando -Dijo ella sonrojada, no podía decirle que estaba pensando en ir a su cuarto a dormir con él

-Mmm… ¿Por qué has perdido tanto peso? -Preguntó él preocupado, y es que desde que la había visto desnuda la noche anterior por culpa de su atacante logró observar que varias de sus costillas se marcaban en su piel

-Supongo que es el estrés, pasaron muchas cosas mientras no estabas -suspiro ella -pero estoy tratando de recuperarlo

-ah… -Cipriano desvió la mirada, quería preguntar algo pero no sabía él como

-¿tu estas bien?

-Siendo sincero estoy preocupado pero no puedo hacer nada -respondió el

-Oye… -Ella volvió a sonrojarse y él captó ese rojo en sus mejillas

-Esto es estupido -suspiro el con alivio, ya habian dormido juntos y habian tenido sexo ¿cual era el problema para formular la siguiente pregunta? -Amelia ¿Puedo dormir contigo hasta que me vaya? -Amelia se sonrojo aun más

-Por supuesto -dijo ella mientras abría la puerta

Cuando Cipriano cerró la puerta, Amelia se acercó a encender una vela y la habitación se iluminó con una luz tenue, ambos sintieron como si su corazón estuviese a punto de estallar, se sentían aún más nerviosos que en su primera vez, Amelia trago saliva cuando sintió que Cipriano la abrazaba por la espalda, este se inclino para darle pequeños besos en la base de su nuca:

-Gracias por dejarme dormir contigo -Dijo él, su voz apenas era un susurro que se perdía en la amplitud de la habitación y a pesar de que sentía que el ambiente era propicio para da vida a sus deseos y dar rienda suelta a su lujuria no sabía si ella con un ataque tan reciente se sentiria comoda

-No tienes que darme las gracias -Ella se volteo para verlo fijamente -solo tienes que seguir besándome -El dio un pequeño beso en su mejilla, Amelia noto como los ojos de Cipriano se iluminaron con la luz de las velas, sus ojos siempre llamaban la atención eran casi hipnóticos

-Creo que si te beso mas no seré capaz de controlarme -susurro él pero se acercó más al cuerpo de Amelia para que ella sintiera la dureza debajo de su ropa, lo hacia casi rogándole que lo liberará del sufrimiento de no poder estar juntos pero si era algo que ella no deseaba hacer el no la obligaría aunque tuviese que pasar toda la noche mordiéndose las uñas

-Nadie te está pidiendo que te controles -Dijo ella mientras se ponía de puntillas para besarlo, eso fue para él como si le hubiesen encendido algo, su pasión creció como el fuego de un incendio que no podía ser controlado, para ese punto ya la ropa les molestaba a ambos, ninguno de los dos quería un juego previo, sabían que necesitaban estar unidos cuanto antes y no había necesidad de retrasar lo deseado

Las manos de Cipriano temblaban por la pasión y mientras mas deseo sentia mas dificil se le hacía quitarle el vestido a Amelia sin embargo como pudo se las arregló para deshacerse de la ropa, tomó a Amelia por los glúteos y como había hecho en otra ocasiones la cargó ella entrelazo sus piernas alrededor del cuerpo de Cipriano y él la penetró mientras buscaba el apoyo de la pared que tenían al lado, la vela que había encendido ella amenazo con apagarse por la rafaga de aire que hubo cuando Cipriano logró que ella quedara de espaldas con la pared, ella movía lentamente su cuerpo, Amelia dejó escapar un ligero gemido, Cipriano por su parte no podía pensar en otra cosa que no fuese ella y él en esa habitación mientras intentaba moverse dentro de ella ya que esa posición no le daba tanta libertad de movimiento sin embargo lo hizo lento mientra la besaba apasionadamente en el cuello, pronto ella comenzó a mordisquear el área de su hombro.

-Creo que deberías llevarme a la cama -dijo Amelia con palabras entrecortadas, sabía que esa no era posicion muy comoda para Cipriano, el ronroneo en respuesta mientras mordisqueaba uno de los senos de Amelia, sin embargo sin dejar de penetrarla la llevó hasta la cama pero antes de que pudiese dejarla él ya había llegado a el éxtasis

-Lo siento… yo… no pude aguantar más -Dijo él sofocado y rojo como un tomate

-No te preocupes la noche todavía es joven -dijo Amelia con picardía, Cipriano la dejó suavemente en la cama pero no se apartó de ella, estaba de acuerdo la noche era joven y comenzó a besarla en los labios esta vez como menos lujuria pero si con mas amor

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