Alaska
Eran aproximadamente las 11 de la noche y Adam no aparecía por ningún lado. Solo me dijo que estuviera lista esperando en el patio de su casa, ya que hoy era viernes y parecía no tener intenciones de dejarme ir a dormir a mi casa.
Todo el día me la pasé haciendo tarea y leyendo otras cosas, Adam simplemente estuvo viendo asuntos de su carrera y por supuesto, de Alfa.
Sí notaba cierto autoritarismo de su parte hacia los demás y más respeto de las personas de aquí hacia él, aunque claro, conmigo seguía siendo un chico universitario que deseaba disfrutar un momento tranquilo.
Me senté en la barda a esperarlo, la noche hoy estaba algo fresca y el viento era muy notable, así que no sentía el calor de las bombillas que iluminaban la terraza, ahí descansaba la caja donde se encontraba la capa que me regaló Adam, me pidió que la dejara ahí, no sé el por qué pero suena realmente interesante.
Dejo reposar mi cabeza en mis rodillas hasta que siento una ola de calor repentina y un suspiro claramente no humano. Cuando alzo la mirada, puedo ver al prominente lobo de Adam a la orilla del inicio del bosque, esperando.
Su pelaje blanco resaltaba muchísimo con toda la flora, aunque tenía ciertos toques grisáceos muy peculiares. Dijo que su pelaje cambiaba dependiendo de la temporada.
— ¿No vas a mostrarme tu lado humano? —pregunté con una sonrisa y me levanté, pero él mantenía su postura seria y firme.
No esta noche.
Bueno, no será el día. Me quedo quieta para saber qué es lo que quiere y con su hocico, señala un momento hacia la terraza, dirijo mi mirada a donde me indica y veo la caja, creo que quiere la caja.
— ¿Quieres la capa? —da un movimiento firme y yo me acerco a la caja, para sacar la capa y extenderla, era una gran comunicación la que teníamos, puesto que cuando me puse la capa, instintivamente usé la capucha, viendo cómo se acercaba más.
Me rodeó con la figura de su lobo y sí, eso sí me hizo sentirme ligeramente intimidada por la altura que me sacaba, en ningún momento dejó de mirarme con profundidad, listo para atacar.
Se puso frente a mí, parece que enderezándose por un momento y aumentando su tamaño, pero cuando estábamos a unos cuantos centímetros, retrocedió un paso y lo que hizo... me dejó impresionada.
Bajó su mirada hasta que su hocico tocó la tierra y estuvo su lomo casi a mi altura. Estaba casi arrodillándose.copy right hot novel pub