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ALASKA (COMPLETO)

36. Que los juegos comiencen.

Alaska

Veo a la camioneta donde se encuentra Adam alejarse a través de toda la residencia y cuando está fuera de mi campo de visión, me alejo de la ventana.

No era para nada tonto, se negó a dejarme en mi casa y vino a prácticamente encerrarme en la suya. Claro que podía salir, pero ¿a qué saldría a las 10 de la noche un sábado? Menos sin la presencia de Adam, así que dejó a varios chicos por la casa para que no ocurriera nada peligroso.

— Volveré mañana por la tarde si todo sale bien—dijo por última vez con un suspiro antes de subir a esa camioneta.

¿Qué tan fieles le son esos chicos a Adam? Porque en caso de ser peligroso lo que quiero hacer, puedo traerlos conmigo, decirles que quedé con alguien.

Y hasta que se me cruza una buena idea a mi cabeza. Gracias Dios, o quien sea.

Tenía un pijama puesta y no era para nada apropiado, y claro, menos un vestido provocativo, demasiado aire frío como para llevar esas cosas.

Saco del armario un simple pantalón y una chamarra de cuero, estaba abrigada por dentro, así que solo busqué una blusa normal para terminar de vestirme y así, recoger mi pelo. A estas alturas me cuestionaba todo, no sabía qué era mejor y hasta me preguntaba si era mejor el pelo suelto o amarrado.

Admiro a las chicas que ocupan tacones para todo o al menos, caminan bien y no es duele. Yo los odio, se ven hermosos, pero simplemente no puedo soportarlos y caminar con libertad, así que de zapatos mejor ni hablamos.

Le envío un mensaje a Aaron para encontrarnos en el club a las 11 y espero que en verdad esté libre, porque de todas formas iré, pero si me encuentro con él, pues mucho mejor.

Unos minutos después acepta mi encuentro y dice que llegará ahí en 20 minutos, ya puedo poner en marcha mi plan.

Salgo de la habitación en dirección a la cocina donde escucho ruido de personas riendo y comiendo, deberían de estar ahí todos. Y sí, cuando llego al menos cuento a 3 chicos, los otros dos deben de estar afuera o cerca de la casa.

No necesito llamar la atención porque me notan desde que doy un paso dentro de la cocina, a lo cual todos se giran mirándome de una forma sorprendida, no esperaban que saliera de la habitación o que les quisiera hablar.

— Mmmm ¿pasa algo? —pregunta un chico con la puerta del refrigerador abierta. Están cenando.

— Oh, creí que Adam les había comentado que saldría—dije con nervios lo mejor que pude, apretando mi celular.

— No, la verdad es que no nos comentó nada.copy right hot novel pub

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