-¿Estás bien? – le pregunto detrás de la puerta.

-Si, estoy bien. Es solo que sentí algo de náuseas por los nervios.

-¿Te hemos asustado?

-Es más bien el tiempo que llevo sin verlos.

-Discúlpanos.

-Bueno ya no importa, he hecho una vida sin ustedes – le dijo a su madre de frente cuando abrió la puerta del baño, el rostro de su madre cambio – discúlpame, no debí haber dicho eso – se disculpo enseguida.

Ambas volvieron a la sala en dónde estaba el resto de la familia y está vez Alexandra se saludo con todos y conoció a sus cuñados y sobrinos, por último saludo a su padre, se dieron un breve abrazo y comenzaron una plática que giro entorno a la vida de Alexandra fuera de la ciudad, ella solo contó lo que podía ser contado y nada más, luego guardo silencio esperando que los demás dijeran algo sobre sus vidas, se sentía aún más como una extraña al ser observada por todos ellos, Karen su hermana menor fue quién comenzó a hablar luego del prolongado silencio, le siguió su hermano Fabricio, poco después su cuñada, esposa de su hermano a quien le agradó a Alex, su padre no hablo mucho pero si que se dedicó a observarla, Alexandra no sabía que era lo que pensaba y sentía por ella en ese momento luego de varios años sin verse y sabiendo que nunca dejaría de ser una mujer lesbiana que igualmente estaba sola y sentía que ese terminó en ella venía sobrando ya que no era una lesbiana activa desde hacía poco más de dos años.

Media hora más tarde algunos amigos íntimos de sus padres llegaron, ella muy poco se acordaba de ellos pero trato de saludarlos con cordialidad, poco después pasaron a la mesa para cenar, Alexandra miró de nuevo aquel lujoso comedor, había una bonita vajilla como siempre, para poco después ser servida la cena, sin duda ese era uno de sus platillos favoritos, su madre la miró y le sonrió, Alexandra le devolvió la sonrisa era extrañó el gesto de su madre ahora ya que años atrás su madre no se opuso a la decisión de Fabricio de mandarla lejos y las veces que llamó y llamaba no parecía ser tan cálida como ahora en ese momento.

-No gracias – declinó Alexandra cuándo le iban a servir vino.

-¿Ya no bebes alcohol? – le pregunto Karen.

-Hoy no se me apetece.

-¡Vamos! Bebe tan solo una copa – insistió y la empleada estaba a punto de servirle cuando Alexandra dijo.

-No puedo beber alcohol – dijo y todos la miraron.

-¿Porqué? – le pregunto Cecilia.

-Estoy tomando medicamentos para una infección que contraje hace unos días y no debo revolver las medicinas con el alcohol.

-¿Pero ya estás bien? – le pregunto Karen.copy right hot novel pub