En la casa Sans.
El médico revisó a Celia y se aseguró de que estaba bien antes de prepararse para irse. Eduardo seguía preocupado porque Celia seguía un poco aturdida.
—Sólo se ha asustado, estará bien con un poco más de descanso —dijo el médico.
Carmen entró en el dormitorio con un vaso de agua caliente.
—Esto es agua bendita, bébela para suprimir tus miedos.
Celia miró a Carmen agradecida.
—Gracias tía Carmen.
Carmen desvió la mirada, no tenía ninguna expresión. Su actitud hacia Celia no era buena, tampoco era tan mala como antes. Eduardo le había dejado claro que si no se casaba con Celia, se casaría con un hombre, por eso tuvo que transigir por el momento.
Cuando el médico y Carmen salieron de la habitación, Celia agarró la mano de Eduardo, todavía un poco aterrorizada.
—Pensé que moriría… ¿Cómo supiste que estaba allí?
—Tu teléfono tenía la localización activada por “mi pervertido yo” y por eso te pude encontrar tan rápido.
Eduardo besó la mano de Celia y la abrazó.
—Parece que debería dar las gracias al “Eduardo pervertido”.
Celia se sintió aliviada al sentir el olor de Eduardo.
—Cariño, nunca más te perderé —Eduardo abrazó fuertemente a Celia.
—Edu, cuánto me alegro de tenerte… — Celia miró al hombre, rebosante de emoción.
Después de unos días de descanso, Eduardo comunicó a Celia nuevas informaciones de la policía.
Alejandro recibió un balazo en la cabeza en el acto e ingresó en el hospital en coma con heridas graves.
Tras ver a Alejandro caer en un charco de sangre, Yasmin quedó tan traumatizada que se volvió loca y fue ingresada en un hospital psiquiátrico.
La familia Jaramillo no tenía posibilidades de remontar en la Ciudad Sur.
—¿Ese disparo no mató a Alejandro directamente? Si se despierta, su odio hacia mí aumentará —suspiró Celia en voz baja.copy right hot novel pub