—Siento que esos policías se están dirigiendo hacia nosotros —Las palabras de Celia inquietaron aún más a Yasmin.

—¿Qué pretendes hacer? —Alejandro entrecerró los ojos con peligrosidad.

—Tengo curiosidad por saber si estos policías están aquí por mí, o por vosotros dos —Celia dejó la mano sigilosamente fuera de la ventana y lanzó el móvil.

En ese momento, Celia sólo podía rezar para que el suelo exterior no fuera de cemento, que la carcasa pudiera aguantar la caída y que el móvil captara la señal.

—¿Qué tienes en la mano? —Alejandro había detectado la anomalía de Celia.

—Sólo algunas piedras.... —Celia no se atrevió a mirarle y le enseño lo que tenía en la mano.

—¿Crees que estas son compatibles con mis balas? —Alejandro no pudo evitar burlarse de lo infantil que era Celia.

Celia bajó la mirada, un destello de alivio pasó por sus ojos.

Las sirenas se detuvieron y la respiración de todos se volvió un poco más pesada.

Yasmin agarró la manga de Alejandro nerviosa, hizo todo lo que Alejandro le dijo que hiciera, sin embargo, era consciente de que era ilegal llevarse a Celia por la fuerza.

A Alejandro también le pareció inquietante el silencio que le rodeaba y miró a Celia que estaba el lado de la ventana, ordenándole que se acercara a él.

Si la policía de verdad vendría aquí, tener a Celia en sus manos era sinónimo de oportunidad de poder escapar.

Las pupilas de Celia se encogieron e hizo como si luchara internamente, pero finalmente, fue hacia Alejandro obedientemente.

Sólo que hizo todos los movimientos a cámara lenta, que era desgarrador verlo.

—¡Date prisa! —Alejandro bajó la voz y su respiración se volvió frenética.

De repente, una fuerte vibración surgió de la nada.

La expresión de Alejandro cambió y escuchó atentamente el origen de las vibraciones.

El cuerpo de Celia sintió un frío del susto.copy right hot novel pub