*Kylie*
Apenas me despido de las chicas siento gran preocupación al saber que debo caminar sola a casa.
Ya es segunda nota que recibimos, y siento que al no entenderla me puede pasar cualquier cosa.
Summer dice que es Skyler quien las envía, y que solo es una de sus manipulaciones, pero ella igual las recibe, lo me hace dudar.
Aunque en alguna parte de lo que dice Summie de Sky es cierta: Quiere ser la única con un chico en su vida.
Sí, de eso tiene razón.
Lo único que intenta es separarla de Zain, y si Summer dice que se aman, Sky debería respetarlo. Y tal como lo dijo, conmigo también hizo lo mismo.
No sé qué tanto problema encontró que me enamorara de mi mejor amigo. Quizás sí resultó acertando, pero yo sé de quién me enamoro y de quién no.
Ella y Mía siempre creyeron que hacían lo correcto, pero no. Deben saber que no son el centro del universo.
—Argh, como te odio Mía —digo para mí misma.
Ella toda la vida, desde que la conozco, ha sido una entrometida.
La odio, siempre la he odiado. Simplemente éramos opuestas y nunca logramos encajar.
Camino con furia, al tiempo que pasaba por una tienda de ropa con una enorme vitrina de vidrio.
Gran error.
Siento un fuerte ruido y luego una explosión del ventanal a mi lado. Lo único que veo son trozos volar por todas partes, seguido de un empujón y un fuerte ardor quemando parte de mi brazo.
Cuando logro reaccionar, noto que estoy tirada en el pavimento cubierta de vidrios, y lo único que puedo ver es un hombre huir de un guardia de seguridad, pisándome las costillas y cortándome un segundo el oxígeno.
Cierro mis ojos ya no soportando los pinchazos en todo mi cuerpo, y al sentirme horrible por ver sangre deslizarse por mi rostro.
Me atrevo a decir que tengo vidrios incrustados hasta en la lengua.
—¡Señorita! —Oigo a una mujer chillar a mi lado— ¡Ayuda, por favor! —lo siguiente que escucho son pasos rápidos acercándose a mí.
—Ayúdenme a quitarle los vidrios del rededor, no la toquen, que alguien llame a una ambulancia —una voz masculina dicta con seguridad— Tranquila, no te muevas —me pide. Quería asentir, abrir los ojos, o emitir algún ruido, pero nada salió. Siento una tela ser amarrada con mucha fuerza en mi hombro, cosa que sí me hace soltar un quejido— Tranquila, me llamo Alex y soy estudiante de medicina. Necesito que te relajes.
—La ambulancia ya viene en camino —informa la mujer que hace un rato estaba a mi lado.
—Bien —dice el hombre— Espera con calma. Te comento lo que pasó —le oigo hablar está vez más relajado, al tiempo que escucho los vidrios ser alejados de mi con su zapato— En palabras simples, acabas de ser víctima de una vitrina explotada por una bala. La bala rozo tu brazo, y los vidrios están incrustados superficialmente en ti.
—Qué... —intento abrir mis ojos y hablar, pero me raspa la garganta y los parpados.
—No hables, e intenta estar quieta hasta que llegue la ambulancia. No sabemos si pudiste tragar uno o haberte lastimado los ojos.
(…)
*Skyler*
Toco una y otra vez el timbre de manera repetida. Puedo oír cómo suena desde fuera, y continúo. Sé que está solo a esta hora y por eso no me molesto en ser sutil.
—¿Qué quieres, maldita sea? —abre la puerta de golpe y me observa con la vena del cuello hinchada. Le regalo una sonrisa mostrando mis dientes.
—Hola Zain —hago a un lado la puerta y a él, y entro a su casa invadiendo su espacio, tal como él lo hizo conmigo hace unos días.
—¿Qué quieres? —bufa y cierra la puerta para afirmarse en ella con los brazos cruzados sobre su pecho.
—¿Bien, y tu cómo estás? —rueda los ojos.
—Estaba perfecto hasta que una niña vino a invadir en mi casa —sonríe sínicamente— Hablo en serio, Skyler. Qué quieres. No quiero hablar contigo ni tenerte cerca. Ya me hartas.
—Uy que salvaje —pongo las manos en mis bolsillos traseros de manera relajada— pues yo quería hablar contigo —alza una ceja para que continúe— Eres una mierda —le sonrío, y este frunce las cejas— No sé qué intensión tienes con generar más y más discusiones entre Summer y yo. Sé que tú eres quien está moldeando su cabeza.
—¿Disculpa? —pregunta sorprendido, pero para nada ofendido.
—Eso —tomo compostura— Estás separando una amistad de 10 años, por una relación tóxica de casi 3.
Suelta un suspiro y camina con tranquilidad a la sala hasta sentarse en uno de los sillones. Lo sigo y me quedo parada a su lado, con los brazos cruzados.
—Lo sé —se limita a decir— Y no es lo que quiero realmente —frunzo el ceño y alzo una ceja confundida.
—¿Ah? —me apresuro a sentarme frente a él, con mis codos afirmados en mis muslos.
—Con Summer llevamos exactamente 2 años y 7 meses, ¿verdad? —se echa hacia atrás muy calmado.
—Uhm, ¿supongo? —vuelvo a fruncir el ceño.
—Y hace exactamente 10 meses que me he vuelto más.copy right hot novel pub