▪︎ LILLIE ▪︎
Siento un fuerte dolor de cabeza mientras abro los ojos con lentitud. ¿Qué me paso?
No recordaba que me había sucedido, solo recuerdo que me había quedado dormida por un rato, y después estaba soñando él. «¿soñando?» no eso no parecía un sueño.
Abro por completo mis ojos al recordar mi sueño tan real que tuve. Necesito verlo para darme cuenta de que no estaba soñando como creí.
Me enderezo rápidamente para sentarme, estaba en la cama. Froto mis ojos para visualizar mi alrededor y miro dos siluetas.
— ¿Cómo te sientes? — pregunta el chico de cabello oscuro. — ¿Te duele algo?, ¿estás enferma?
Él y su compañero tatuado eran los que se encontraban en la habitación, acepción de mí.
— Deja que primero abra bien los ojos, solo harás que se maree de nuevo, con tu estúpido interrogatorio — dice de mala gana el hombre tatuado.
Recorro con mi vista el lugar. No está, solo está este par, no hay rastro de Dante, quizás si, fue solo un sueño.
Suspiro exhausta.
— Ya ves, que te dije — vuelve hablar el castaño — Ya la atarantaste. — me señala.
El chico moreno ignora a su acompañante y me mira preocupado. Podía notarlo en su semblante. ¿Pero por qué?, un secuestrador no se preocupa por su rehén.
—Lo adecuado sería que comieras algo — dice — Si no te gusta lo que traje, puedo hacer que hagan algo diferente.
— No tengo hambre — digo en voz baja, agacho mi cabeza.
— Aún así deberías comer un poco — guarda silencio por unos segundos — Quizás una sopa te haga bien.
— ¿Ahora eres médico? — le dice el castaño con algo de sarcasmo.
Él chico gruñe en respuesta pero aún así lo sigue ignorando.
— Ven — me ofrece la mano para ayudarme a levantar — Te llevaremos a la cocina para que puedas comer algo.
Frunzo el entrecejo. «¿me sacará de aquí» no desconfía de que pueda aprovechar este momento para huir.
Pero aún así no le diré nada, dejaré que me tengan confianza y después que me den más libertad, me escapare. Por el momento les haré creer que nada de eso cruza por mi mente.
Sin pensarlo más tomo de su mano para colocarme de pie. Me mareo un poco, me siento un poco débil ya que mis piernas no se pueden sostener mucho, siento que tiemblan.
Él me sostiene del brazo para ayudarme a caminar.
— No te preocupes nosotros te guiaremos hasta la cocina.
— Lo harás tú, porque yo tengo otro asunto más importante que resolver. — concluye el tatuado mientras se encamina para la salida y se marcha.
Con ayuda del chico moreno salimos de la habitación, caminamos por un largo pasillo, hay muchas puertas.
La decoración de esta casa es antigua pero elegante. Los tonos son neutros al igual el mármol por donde caminamos. Llegamos a las escaleras, son muy amplias de tono marrón. Con cuidado y a pasos lentos bajamos.
Él, ni yo decimos nada en el camino. Minutos después llegamos a lo que creo es la cocina, es demasiado amplia pero cálida. Nos acercamos hasta la encimera donde hay unas sillas altas para sentarse. Él me invita hacerlo primero y después él lo hace.
En eso veo como entra una señora a la cocina, se nota que es de edad avanzada. Cuando llegamos se encontraba solo, pero ella llega junto con una joven que está vestida de mucama.
«Tienen personal» ¿sabrán que estoy secuestrada? Si es así, quiere decir que son cómplices.
— ¡Válgame! che bella giovane donna — dice muy animada la mujer mayor, al momento que se acerca.
No entendí lo que terminó de decir, no sabía en qué idioma había hablando, pero si comprendí que se refería a mí, ya que me miró en el momento que lo dijo.
— Gia — chico se dirige a la señora — Podrías preparar una sopa. Tu hacer las mejores.
— Claro. — se encamina a la estufa — Eres un mentiroso, siempre dices lo mismo — le responde bromeando.
— Por supuesto que no — niega con la cabeza — Tú eres la mejor cocinera.
— ¿Y yo qué?, joven Enzo — habla la mucama en tono coqueto.
¿Enzo?, así que ese es su nombre.
Pero él no dice nada y solo le echa una mirada como si no aprobara su comentario o porque le lo nombre tal vez. Pues ya se ahora el nombre de mi amable secuestrador.
La señora Gia la regaña y le pide que le ayude. Ellas comienzan con su elaboración de la sopa mientras nosotros seguimos sentados. Minutos después sigo viendo como se mueven por toda la cocina mientras cocinan y charlan entre ellas de cosas sin importancia.copy right hot novel pub