• DANTE •
— Diablo, me estas escuchando — la voz de Iván me saca de mis pensamientos — No puedo creer que ignores este asunto, esto es muy importante. Y tú no dejas de pensar en tu fiera en ningún segundo.
Me giré para verlo con mala cara, pero ahora ignore lo ultimo que dijo.
— Sí te estoy poniendo atención — miento, respondiendo en un tono molesto.
Iván resopla exasperado. Lo conozco, el pierde la paciencia muy rápido e igual que yo.
— Te decía que Bruno acaba de firmar alianza con los Smirnov — informa.
Aprieto el cristal del vaso con mi puño, todo esto me irritaba, pero más aún el no poder hacer nada todavía.
— Era de esperarse que esos malditos aceptarían a la porquería de mi primo. Y aunque se enteren de que estoy con vida no regresarán a unirse con nosotros. Ya que siguen pensando que yo fui el que los traicione.
— Tienes razón. Pero tengo una idea, el imbécil ese se está aliando con tus enemigos, que te parece si nosotros le hacemos la misma jugada, pero con sus enemigos. — sugiere.
Puede ser que eso funcione, pero también nos llevaría mucho tiempo conseguirlo, y era algo que no tenía, debía recuperar pronto mi lugar, mi territorio que mi padre me heredó.
— Déjame analizarlo bien, ya que eso nos llevaría mucho tiempo.
— Seria el tiempo para que tu logres recuperarte por completo.
— Yo estoy perfectamente bien — farfullo.
— Me refiero a todo.. conmigo no quieras demostrar lo contrarío. Te conozco muy bien — asegura.
A pesar de que mis heridas externas estaban poco a poco cicatrizado, mis heridas internas seguían abiertas y dolían mucho más que las que me hizo ese maldito cuando intentó matarme.
Estaba lleno de traicioneros, pero la apuñalada que más me dolió fue la de ella, mi fiera. Nunca creí que ella era hija de ese desgraciado del Bachman, que por sus venas corría sangre de él. Sí lo hubiese sabido antes me hubiera limitado a solo sentir odio y venganza, y solo hacerlo pagar con ella.
Todo por la estupidez de dejarme llevar, ahora no puedo cumplir con mi venganza, no puedo usarla por más que quiera hacerlo. Pero yo me pregunto sí ella se detuvo hacerlo conmigo.
—Te aseguro que también me encuentro bien con respecto a todo eso..
Sabe que no debe insistir en lo mismo cuando le respondo de ese modo.
— ¿Qué haremos con Bachman?— preguntó dudoso — ¿Esperaras a que se una a Bruno?
Pensar esos malditos se me revolvía el estómago del coraje.
— Por el momento esperaremos a que se de cuenta quién tiene a su hija, ya que se entere le pediremos que se entregue.
— ¿Qué te tiene tan seguro de que vaya aceptar?
— Solo lo sé — digo muy seguro.
— No debemos dejar que pase más tiempo, hay que atacar en menos de un mes, como te lo había sugerido. Esos malditos no pueden seguir riéndose y gozando de lo tuyo, mientras que creen que se salieron con la suya por haberte aniquilado.
El trío de chiflados, Edgardo y hasta Muhammad, ya habían pensado un plan para emboscar al enemigo. Habíamos pensando primero en atacar la mansión Mancini de la que mi primo se apoderó por completo después de mi ausencia.
Para después irnos con todo contra Bachman. Pero mi odio, las ganas de venganza hacía él.. eran más que ir primero a recuperar mi puesto en la organización.
Si antes odiaba a Bachman ahora era mucho más mi despreció. Hace casi tres meses fue cuando ocurrió el atentado en Marruecos, cuando casi intentan matarme. Sino hubiera sido por Franco, con ayuda del pequeño Hasan no estuviera hoy para contarlo.
Pero por ese motivo, es que el pequeño y el anciano corrieron el riesgo de morir. Hasan pudo librarlo pero su abuelo no. Eso hace que mi odio aumente más, que todos los que estuvieron detrás de esa masacre pagarán con su vida, con cada lágrima, sufrimiento y sangre la vida de ese pobre hombre y la de mis hombres que mataron.
《Ese maldito Bachman las pagará todas》
— Tomaremos el plan, pero después de vengarme de Bachman.
— Diablo, ese odio te termina por acabar. Debes tener la mente fría para poder planear bien tu venganza, no arrebatada mente como lo hiciste cuando secuestramos a tu fiera.
— ¡No la llames así!, ¡Ella ya no es mi fiera! — levanto la voz al mismo momento que me pongo de pie para salir a fumar un cigarro, últimamente me hacía más falta que antes.
Salgo por la puerta para salir al balcón, enciendo el cigarro después de darle una calada me inclino en el barandal para apoyarme y ver a la nada. Era de noche y solo se podía ver la luna.
Me encontraba en la mansión de mi abuelo, era una casa que él le había heredado a mi padre en vida.copy right hot novel pub