• LILLIE •
Cierro los ojos e intento calmarme, debo saber controlar estos tontos celos que me carcomen por dentro. No quiero darle gusto, si esa fue su intención, acepto que se salió con la suya.
Sí su propósito es hacerme daño, que sufra, en parte esta cumpliendo su tarea. Pero no debo prestarme a sus actos, tengo que actuar inteligentemente y la mejor forma es ignorándolo y darle a entender que no me interesa tener algo íntimo con él, aunque por dentro me este muriendo de ganas por ser suya otra vez.
Tengo que ser fuerte, con la cabeza en alto, no dejar que pisotee mi dignidad y orgullo. Es hora de que la antigua Lillie salga, esa que no dejaba que nadie la tomaran o se apropiaron de ella.
《Una mujer podía ser tan buena como la tratarán pero también tan mala como la pisoteen.》
Salgo de la habitación donde me estaba quedando, tanto encierro me agobiaba. Lo que me hacía falta era aire puro y definitivamente aquí no lo iba a conseguir.
Bajo por las amplias escaleras, está mansión es grandísima me gustaría merodear por todo el lugar para ver si encuentro un sitio donde pueda distraerme. Pero también tengo miedo de volverme a cruzar con él o con esa mujer que aún no se quién es.
Llego a una estancia, creo que es la sala. Otro lugar grandísimo y muy amplio. Es extraño encontrar un sitio pequeño en esta casa, hasta los cuartos de baño son amplios.
Mi curiosidad va a una chimenea de piedra que se encuentra en el centro del salón. Es muy bonita y cada vez que me acerco siento la calidez de lugar. Sobre ella esta un gran cuadro de dos personas, parece ser una pareja. Me acerco para ver detalladamente ese retrato.
Es una pintura de un retrato y efectivamente parase una pareja muy feliz. La mujer sonríe con una amplia sonrisa, su cabello es castaño claro, ojos azul claro, en ella se puede ver la elegancia en su porte y su vestimenta, se encuentra de pie mientras toca el hombro del hombre que se encuentra sentado en una silla que hasta parece trono. ¿Quieres serán?
Sus facciones muestran unos años, parecen pasar de los cincuenta o sesenta. Soy mala calculadora una edad.
Fijo mi vista en esa pintura, queriendo detallar cada rasgo, buscar un parecido, y encuentro un poco. El hombre tiene el cabello oscuro con mechones blancos, quizás canas, pero lo que me llama más la atención son sus ojos, son casi parecidos a Dante, mismo tono grises y tamaño. ¿Serán sus padres?
— Por fin conoces al gran Angelo Mancini y su esposa — la voz del chico moreno llega a mis oídos.
Sigo en donde mismo, no ocupo girarme para verle ya que él mismo se acerca hasta donde me encuentro.
— ¿Angelo Mancini, ellos son..? — pregunto dudosa.
El chico niega con la cabeza mientras sonríe sin dejar ver el retrato.
— Sí te preguntas si ellos son los padres de Dante — dice — No lo son. Son sus abuelos paternos. Los padres del señor Demetrio Alessandro Mancini Lombardi.
Quedo estupefacta, conocer a los abuelos de Dante saber algo de su origen es algo que siempre quise saber desde que lo conocí. Él llegó a platicar de ellos el tiempo que charlamos, también poco quería que eso pasara si las veces que estuvimos juntos fueron intentos de huir de él y las otras terminábamos besándonos o si no teniendo sexo.
— ¿Ellos también murieron? — indagó, haber hasta donde me lleva mi curiosidad.
Enzo asiente al responder a mi pregunta.
— Él era un gran hombre, al igual su hijo. Todos lo respetaban, era muy conocido y lo sigue siendo ya que dejó huella. Gracias a él este legado que heredó Dante, fue fundado en un imperio.— prosigue — Todo el poder que logró y territorio obtenido fue por él mismo. Su familia le heredó al igual pero él lo hizo crecer mucho más.
Sigo asombrada, él habla sin dejar de contemplar el recuadro, lo ve con admiración y orgullo. Como si hablara de su familia.
— Ser mafioso no es algo que te pueda enorgullecer.copy right hot novel pub