El hombre de cabello cenizo y vistiendo el estilizado atuendo de cuero y tela negra hizo su lenta entrada a la azotea. Incluso ahora mostraba dificultad al caminar, pues cruzó el portal de la entrada cojeando.
¿Qué había ocurrido con la vampiresa crucificada que escapó? La respuesta era bastante obvia, había sido cazada. Su respiración era corta y aguda, sus movimientos pesados y voz sumamente áspera, como si no hubiera tomado líquidos en días. Le costó recuperar el aliento, pero al final lo hizo. Era un experto en la caza de vampiros después de todo, un par de huesos rotos no era suficiente para detenerlo.
—Se acabó... La hora de jugar... No hay más oportunidades, mocoso —A pesar de su pesada respiración, Aiden lo encontró igual de intimidante, tal vez incluso más, a cuando está en perfecto estado—. Es hora de que los adultos trabajen.
Mina trató de ponerse de pie para encarar a su perseguidor, pero fue detenida por Aiden con una sonrisa tensa en su rostro.
—Recupera tu fuerza cuanto puedes, te necesitaré para derrotarlo. Hasta entonces déjamelo a mí.
El joven dejó a Mina recostada al barandal de aluminio reforzado y caminó hasta estar a solo un par de metros del venator.
—¿Por qué no lo dejamos aquí? Ella no lastimará a nadie, puedo asegurártelo.
Ignorando a Aiden, el mago enterró su mentón en la bufanda gris chamuscada, levantó una mano y luego la otra, y en cada mano apareció una fina espada de fuego que procedió a arrojar.
Aiden evadió la primera espada saltando hacia un costado. Sin hacerse esperar la segunda espada voló hacia él con la diferencia de que esta fue más fácil de esquivar, Aiden no iba a permitir ser un blanco estático. Corrió haciendo un círculo, una media luna siendo exactos, hacia el mago, pero antes de que pudiera acercarse lo suficiente para contraatacar, lo recibió una lanza de juego que salió disparada diagonalmente de donde el mago estaba parado. Aiden solo pudo rodar por debajo de la lanza que, al igual que las espadas, pronto se extinguió por su cuenta.
Sin perder tiempo Aiden retomó su carrera por alcanzar al mago, fue entonces que finalmente notó la sonrisa en el rostro de su adversario. Su corazón se hundió, sudor helado no recorrió su espalda esta vez solo porque ya estaba empapado al evadir la magia de fuego.copy right hot novel pub