En el trayecto hacia la editorial decido que le pediré consejos a Cloe, después de todo no puede ser sólo ella la que dé los pasos para tener esta amistad, así que le comentaré sobre mi situación con Dylan; ella sabrá aconsejarme también sobre qué usar para nuestra cita.
Después de dejar mi moto asegurada en el estacionamiento de la editorial me dirijo hasta la oficina de Cloe para comentarle sobre el anuncio en la radio y para dar mi salto de fe en nuestra amistad; como siempre me la encuentro detrás de su portátil con un montón de papeles regados en su escritorio, me pregunto cómo hace para entender lo que hace con todo ese desastre que tiene ahí.
—¡Florecilla cariño! Justo estaba pensando en ti, es como si te hubiera llamado con el pensamiento, anda siéntate y cuéntame, ¿qué te pareció? Nosotros escuchamos el programa en la sala de juntas, estuvo muy bueno y es que con esa voz que tiene Dylan Castillo más de una de las chicas estuvo soltando grandes suspiros; tendrías que haberlas visto a todas con miradas soñadoras y luego imaginándose cómo es el hombre en persona. Si es que hasta se pusieron a comentarlo entre ellas para armar el modelo ideal que lo representaría; al final todas en lo que todas coincidimos fue que nos encantó su manera de trabajar tan profesional, como si llevara años en el medio; es que me pregunto cuanto llevará en ese trabajo, ¿quieres tomar algo?, te serviré un café con leche —Sonrío al seguir escuchando su parloteo habitual, a veces pienso que sufre de hiperactividad pues cuando empieza a hablar es difícil pararla; pero me gusta mucho su actitud; pues a pesar de lo loca que creo que puede estar es muy profesional en su trabajo y en lo que se propone.
—Oye Cloe quería hablar contigo sobre algo y… no sé, pedirte un consejo —Creo que esas son palabras mágicas pues inmediatamente detiene su parloteo y me mira expectante, puedo notar cómo se contiene y termina de preparar los cafés antes de acercarse a mí para sacarme toda la información que pueda.
—¿Ah sí?, y ¿sobre qué quieres hablar? —Me dice mientras me tiende una taza con café con leche caliente y me mira con gesto impaciente para que le cuente de una vez qué es lo que pasa.
—Bueno… verás es sobre alguien, un chico. Bueno, este chico me invitó a una cita y quería tu opinión sobre qué podría ponerme y así —Le digo lentamente para darle más suspenso y me quedo mirando la taza entre mis manos antes de mirar en su dirección para encontrármela con una sonrisa que hasta me asusta en su rostro, ni siquiera me da tiempo de decirle nada cuando suelta un grito de euforia que me hace dar un respingo por lo que dejo mi taza de café en la mesita auxiliar que tengo al frente.
—¡Lo sabía!, sabía que tarde que temprano darías el paso para nuestra amistad, pero cuéntame, ¿quién es?, ¿lo conozco?, ¿cómo se llama?, ¿hace cuánto se conocen?, ¿besa bien?, ¿está bueno? —Me lanza preguntas a diestro y siniestro mientras da pequeños saltitos en el sofá y creo que ya ni me acuerdo de la mitad de ellas.
—Cloe, cálmate, si no me dejas ni hablar no podré contarte nada —Le digo mientras tomo sus manos para que se quede quieta y le doy una pequeña sonrisa.
—Está bien florecilla lo siento, me calmaré; pero cuéntame.
—Bien, lo conozco hace poco y no lo conoces; bueno no personalmente al menos —Le digo mirándola de reojo antes de empezar a contarle la situación que he vivido con Dylan haciéndola reír con nuestro primer encuentro y mi ataque con la tachuela; para después hacerla suspirar por lo que ha pasado hoy en su oficina, todo lo que me ha dicho y su idea de tener una cita para poder ir conociéndonos mejor. Ella empieza a saltar ansiosamente de nuevo en el sofá demostrándome que quiere que termine de exponerle mi lista de pros y contras sobre todo lo que está pasando con Dylan; para cuando termino de hablar me mira por unos minutos de forma seria por lo que sé de antemano que me va a dar un buen regaño.
—Florecilla, florecilla, florecilla. Ya iba siendo hora de que acudieras a tu mejor amiga —Me dice con un tono de satisfacción en su voz, por al fin poder pronunciar esas palabras. —Mira cariño, lo que sucedió no es malo; en realidad creo que eres afortunada por dar con alguien así, tampoco es un pecado que te estés sintiendo de esa manera respecto al chico, porque el mismo ha producido eso en ti, pero, ya sé que debemos hacer para hablar bien del tema… Hoy tendremos nuestra primera noche de chicas para celebrar que has hecho este acercamiento a nuestra amistad y así hablar sobre tu cita; porque obvio debes ir y darte la oportunidad de conocerlo; quién sabe y a lo mejor ahí termina creciendo algo —Termina la frase moviendo las cejas graciosamente y noto como insinúa cosas sucias con su mirada.
—Está bien, pero tendremos esa primera noche de chicas en mi departamento entonces —Le respondo ignorando su comentario de doble sentido, resignándome a que hoy será una noche interesante.
Luego de prácticamente escapar de la oficina de Cloe me dirijo a la mía para poder continuar con el libro del enigmático y misterioso “Luxus”, lo que me falta de trabajo ya es casi nada pues prácticamente he avanzado hasta la mitad, así que tengo expectativas de dejarlo listo hoy si no tengo interrupciones. Una hora después estoy concentrada leyendo los últimos capítulos del libro y está cada vez mejor; pero soy interrumpida por el tono de mensaje de mi celular, rebusco en mi bolso y cuando lo tengo en mis manos el corazón se me detiene unos segundos al ver que es un mensaje de Dylan. ¿Será que lo abro o mejor espero unos segundos para no parecer tan ansiosa?, dejo el celular en mi escritorio y me obligo a calmarme mientras limpio mis manos sudorosas en mi pantalón, tomo una larga respiración antes de tomar el celular y abrir el mensaje.
Dylan: “Ya estoy contando las horas para que se llegue nuestra cita, espero todo vaya bien en el trabajo. Posdata: no quiero sonar muy acosador pero en serio quiero verte, pequeña”.
¡Santa madre! Creo que ahora si me va a dar un infarto, ¿cómo alguien tan grande y de apariencia ruda puede ser tan tierno?, pienso en qué responderle y opto por ser sincera y más ahora que sé que él también está ansioso por nuestra cita.
Yo: “También quiero verte, aunque hace unas horas nos hayamos despedido. Nuestra cita me hace mucha ilusión; posdata: no suenas acosador”.
A partir de ahí nuestra conversación se extiende a diversos temas y chistes malos de su parte que me hacen reír demasiado; para cuando me quiero dar cuenta ya es mi hora de salida, le aviso a Dylan que tomaré rumbo a casa y que luego continuaremos hablando y recibo un: “Está bien, conduce con cuidado y avísame en cuanto llegues, por favor” acompañado de besos por respuesta lo cual me hace sonreír. Estoy concentrada mirando como tonta a la pantalla de mi móvil cuando la puerta de mi oficina es abierta para dejar entrar a una muy sonriente Cloe.copy right hot novel pub