A las diez de la noche, el lugar estaba completo. Las mesas estaban bien distribuidas y los invitados ya se encontraban bebiendo, disfrutando de la comida y comentando los últimos acontecimientos que habían tenido lugar en la ciudad. Uno de los temas mas hablados había sido el nuevo y guapísimo novio de Lien y la telenovela que se había generado junto con Brenda y Leo.
-Es una lástima que no pudiera venir esta noche con él, ya que el evento es solo para empleados y asociados de la compañía.- Dijo una de las compañeras de Lien.
-Yo estuve ayer en el mismísimo momento que Leo quiso detener a Lien y ella le dijo que su novio la estaba esperando. Hubieras visto la cara de Brenda, se la quería comer cruda.- Se burló otra.
-Yo creo que Leo la sigue amando, aunque el muy idiota ya no puede volver el tiempo atrás. Se mandó la cagada del siglo encamándose con Brenda...- Exclamó otra bebiendo el resto de champagne de un solo trago.
Una orquesta especial había sido traída para que se encargara de proporcionar la música, y las alegres notas de una canción llenaban el aire. Mientras íban llenando la pista de baile, las mujeres con sus vestidos más elegantes y los hombres con sus trajes, los mozos se encargaban de levantar las vajillas usadas, cambiando por otras para recibir la cena principal.
Aquella noche había sido muy esperada por Lien, ya que le gustaba el evento por la espectacular comida, por la bebida ilimitada y por la música que invitaba a bailar toda la noche, y lo que mas le gustaba era que todo estaba cubierto por la empresa y ella no pagaba ni un centavo; pero al tener a Dominic a su lado, lo pensó al menos un centenar de veces de asistir. Sabía que todos en la fiesta se acercarían a preguntarle por Dom, o por la escena que había hecho el día anterior. Al parecer nadie sabía aún que Dominic era el mismísimo Dominic Bennet, el dueño de "Bennet Motors Company" la compañia que sustentaba a "Automotores Ravagna" y de una u otra manera terminarían enterándose todos, lo cual generaría un gran alboroto.
-No, no quiero. Mejor quédate tú y yo me vuelvo a casa.- Soltó Lien decidida a marcharse.
-Vamos Lien, no podemos estar aquí toda la noche, entremos de una vez.- Exclamó Dominic tomándola del brazo e ingresando al salón llevándola casi a los tirones.
La multitud de invitados que llenaba el enorme salón, clavó sus miradas en los recién llegados. Lien trató de mantener a raya su falsa sonrisa, mientras que Dominic se mostraba suelto y despreocupado.copy right hot novel pub