Caminaron en silencio un largo trecho, mientras ninguno se atrevía a decir nada. Zahir, pensado en el motivo que traería a Sellmma, hasta Norusakistan. Sellmma, pensando en las posibilidades de no ser rechazada.
-Zahir. . . – comenzó ella con su tono de voz suave y dulce- desde que inició lo nuestro supe que arriesgaba el corazón- él se tensó- aunque sé que lo único que buscabas en mis brazos era pasión, siempre soñé con hacerte cambiar de parecer y hacerme digna de que me amaras. Me entregué a ti sin reservas y aún en contra de nuestras leyes y costumbres, te di absolutamente todo de mí.
-Sellmma. . .
-No. No me interrumpas- le pidió- sólo déjame continuar, luego podrás hablar- le dijo mirándolo a los ojos. Zahir, asintió y ella continuó.- sé que por más que lo he intentado, no he visto cambios. Mi padre necesita un sucesor, está enfermo, aunque nadie lo sabe, necesita que yo asuma el trono, con un buen compañero a mi lado que se convierta en el nuevo Jeque de nuestra nación. Sé que puedo tener a muchos, pero yo solo quiero compartir mi vida y mi trono contigo- se detuvo y lo observó con ojos llenos de amor- sin embargo, mi padre ha conseguido un hombre muy digno para ser el futuro Jeque.
-Sellmma. . . .
-Es un buen hombre, pero no eres tú. . . quiero saber si. . .¿No hay ninguna posibilidad entre nosotros?- le colocó una delicada mano en la mejilla-¿no hay posibilidades de que tú y yo podamos ser feliz?- preguntó con voz ahogada.
-Sellmma. . . – suspiró- sabes que eres bellísima, delicada y refinada, eres sin duda una mujer que sería una esposa perfecta, una gran soberana. . .
-Pero. . . – dijo ella con un suspiro de pesar.
-Pero no quiero casarme, no ahora y te aseguro que quizás no sea el más adecuado para darte felicidad.
-Al menos lo intenté- se encogió de hombro- no podía haber aceptado casarme con él, sin haber agotado hasta las ultimas esperanzas contigo. Sé que él me hará feliz, lo sé. . . y espero que alguien logre cambiarte Príncipe Zahir, que descubras lo hermoso que es estar enamorado- se inclinó sobre él y depositó un beso en sus labios- no podía irme sin hacer eso. A partir de hoy seré una mujer comprometida. Ahora volvamos al salón, me gustaría despedirme, antes de marcharme.
El bautizo de Nael, fue todo un éxito, Norusakistan nuevamente estaba de fiesta, Zabdiel e Isabella, parecían rebozar de felicidad. Tal como la costumbre lo indican, ofrecieron sacrificio de dos corderos machos, como agradecimientos por Nael y en medio de la ceremonia, se afeitó el cabello del bebé, primero el lado derecho, luego el lado izquierdo como indica la tradición, para culminar se pesó el cabello de Nael y se otorgó el equivalente en oro, a actividades benéficas.
Palacio, estaba inundado de música alegre, los presentes para el futuro Jeque, llegaban en abundancia, la comida, la bebida. Todo fue maravilloso.copy right hot novel pub