Luego de interminables horas en el hospital y múltiples exámenes tuvimos un diagnostico. Pude ver la impresión dibujada en el rostro de Cameron y la decepción en sus ojitos.
Yo solo pude llorar, llorar y llorar.
No entendía lo que significaba. No era grave, simplemente, no era algo común y me había impactado. Más que todo, me sentía mal por Cameron. Quien solo me tomó de la mano y la puso en su frente; intentando entenderlo.
El cirujano entró a la habitación y el obstetra explicó lo que seguía. De inmediato me negué, no podía hacerlo, no, no podían obligarme.
A estas alturas me sentía muy mal y el doctor insistía en que debían sacar esa cosa de mi vientre o todo empeoraría. Aun así, me negué con insistencia; había entrado en un estado de negación.
Cameron les pidió a los doctores que nos dejaran solos un momento y ellos amablemente accedieron. Dándonos unos minutos.
Él subió a la camilla conmigo y después de un rato al fin logró convencerme de hacerme el degrado.
No había nada con vida ahí, debía entenderlo. No era un feto real, simplemente era una masa de tejido y pelo que estaba prendido de mi útero. Asqueroso pero verdadero, un feto falso. Estaba empezando a infectarse, era lo que me hacía sentirme tan mal.
Tomamos un momento para estar juntos en silencio, mientras, aun no contenía mi llanto; él sobaba mi espalda. Intentando consolarme.
Odiaba tener que experimentar un degrado; cada segundo recordaba a Stella, cada milésima, cada minuto.
Los doctores entraron a la habitación y les di mi aprobación para que procedieran. Cameron me besó antes de que me pasaran a sala de cirugías.
Él me esperó fuera con Charlotte. Una enfermera se había encargado de ella durante el cierto tiempo que necesitamos estar solos.
Aquel procedimiento se me hizo eterno. Doloroso, torturante. Podía sentirlo todo, cada rose de sus manos e instrumentos.
Reviviendo dolorosamente los angustiosos minutos en los que perdí a mi pequeña primera hija.copy right hot novel pub