Veinticuatro horas. Lunes, 8 p.m., mi paciencia había sobre rebalsado el límite.
Aun no sabía dónde estaba Cameron, por consiguiente, tampoco sabía dónde estaba Charlotte. Mi sentimiento de poca vida, había pasado de simple ser inanimado a un zombi furioso. El no tener a mi hija a mi lado me estaba haciendo perder la cordura.
En un ataque de desesperación; opté por pedirle ayuda a la única persona a la que le podía interesar tanto como a mí el paradero de nuestra hija.
Con mi mano temblorosa; tomé el teléfono y le maqué a él. Jean Ferguson, el verdadero padre de mi hija. Charlotte Peiken según el registro estatal del estado de California.
Era la primera vez que le pedía a Jean que hiciera algo como padre; pero lo único que me importaba era tener a Charlotte devuelta en casa.
Con Cameron arreglaría cuentas después, donde sea que estuviera.
Luego de un par de minutos, un fuerte frenazo y olor a llantas quemadas se hicieron presentes frente a mi casa. Llevándose las flores del jardín.
Jean entró eufórico a la casa, su histeria se olía en el aire.
Me levantó la voz haciéndome miles de preguntas, sobre donde estaba ella y que era lo último que había sabido de ambos. Además de que me reclamó lo mucho que había tardado en pedirle ayuda.
Yo solo...copy right hot novel pub