Con tanta cosa por mi mente había olvidado completamente mi boda. Tenía más de dos años de vivir con Cameron y aun no me casaba con él.
No había sido una propuesta espectacular departe de mi amado novio, pero igual me encantó.
Era tarde en la noche; Cameron no estaba, los chicos andaban gravando una parte de su nuevo videoclip en algún lugar. Tenía un poco de Cocoa caliente en la mesa, yo estaba sentada allí; mirando mi anillo de compromiso, recordando el día en que me lo dio.
Siempre había sido una costumbre de Cameron traerme flores, y más cuando hacía algo con lo que yo no estaba de acuerdo.
Reí al recordar eso. Pero lo amaba, no podía enojarme con él.
Esa noche. Llegó con un ramo de mis flores favoritas, tulipanes, enormes. Sinceramente, yo ya sospechaba desde hace dos días que eso andaba rondando por su bella cabecita. De igual forma, me sorprendí.
Me las dio y se inclinó. Hoy en día eso ya era una costumbre extraña. Los hombres ya no acostumbraban a hacerlo. Sacó aquella caja gótica y la abrió mostrándome el anillo. Me enamoré del anillo tan pronto lo vi; se me aguaron los ojos y sentía aquella presión de emoción apretando mi garganta; la taquicardia y el tiemble de rodillas no faltaron. Casi como si nunca me lo hubiera esperado.
Caí de rodillas frente a él y lo besé, lo besé con toda esa emoción que inundaba mi cuerpo en ese instante. “Entonces, ¿te casas conmigo?”, dijo él al terminar con nuestro beso.
Yo asentí calladamente hasta que el “Sí” se atreviera a salir de mi garganta.
Él tomó la sortija de la caja y la colocó en mi dedo; la admiré por un minuto.
Luego me abalancé sobre Cameron, haciéndonos caer a ambos al piso.copy right hot novel pub