"Como no tenerte miedo si cada vez que te tengo cerca me siento tan vulnerable."
La maldita perilla de la puerta no gira, trato y trato y nada, ya la cólera empieza a emerger producto de la impotencia.
—Escucha— un sonido metálico cerca de mi oreja izquierda, estoy segura de que esas son las llaves. —, ¿buscas esto, verdad?.
Desesperada empiezo a golpear la puerta, tal vez del otro lado alguien me escuche.
—¿Inocencia, realmente crees que alguien va a escucharte?. Ahí fuera todos están desesperados por conseguir aunque sea una foto de Chica Pimienta, nadie le tomará importancia a una puerta.
—¡Di-Dimitri... sé que eres tú!— saqué valor de no se donde para decir eso.
—Tan linda, reconociéndome aún sin verme— me jala del brazo alejándome de la puerta y termina apretándome sobre su pelvis sintiendo... ¡El templado susodicho!
¡Oh Inmaculada concepción!..... si no lo alejas de mí voy a quedar concebida entre mi ropa.
—Flor de jazmín, hoy si te llevo conmigo.
Mis ojos han logrado acoplarse a la oscuridad, puedo ver mejor el lugar, estamos dentro de una oficina y ahora empiezo a notas otras siluetas... ¡Oh por Dios!... ¡Hay más hombres aquí!.
—Dimi... — me calla poniendo un pañuelo en mi boca.
Los otros hombres se lanzan contra mí, me sujetan de los brazos y me alzan de las piernas... ¡¿Quieren violarme?!... ¡Dios mío protégeme, Señor!
Trato de patalear pero ellos son más fuertes, me tiene bajo su control, ¡Dios...!
...
"Hace frío.
¿Se habrá dañado la calefacción?"
Trato de abrigarme entre las cobijas para entrar en calor... un momento... ¡¡¿cobijas?!!.
Me levanto entre espantos y con un corazón exaltado, estoy sentada sobre una cama individual y aun con las cobijas sobre mis piernas me pregunto, ¿qué hago aquí?.
¿Será que nuevamente estoy soñado?... Se ve tan real.
Toda la habitación esta tapizada con una oscura madera, incluso el suelo también es de madera, un par de plantas rozan el techo y algunas lámparas amarillentas adornan la habitación; un rústico escritorio está continuo a un librero que guarda algunos viejos libros y del otro extremo un par de sofás desgastados.
Rápidamente salgo por completo de las cobija y me acerco hacia la ventana, sé que no estoy en una cabaña y que esta no es la mansión Hikari, desde la ventana se muestra un paisaje... ¡¿nocturno?!... ¡¿cuanto tiempo estuve dormida?!.. Estoy tal vez en un segundo o tercer piso... ¿Como llegué aquí?... Necesito retomar mis últimos recuerdos.
Sé que estaba en el Mall, incluso las bolsas con las compras están de un lado de la cama; recuerdo el caos con Pimientita, la aglomeración, lo apretada que estaba y luego alguien me jaló... ¡Oh!.copy right hot novel pub