Danitza fue sujetada por alguien y obligada a entrar en el ascensor privado al presidente. Ella luchó ferozmente en los brazos del hombre y lo abofeteó con el revés de su mano, haciendo que el hombre la soltara sorprendido.
—Se...Se... Señor Alejandro. —Danitza miró el rostro de Alejandro, con una marca fresca de la bofetada.
Alejandro levantó la cabeza con arrogancia, pues no quería hablar con esta mujer tonta.
Danitza se paró frente a Alejandro avergonzada sin saber qué hacer. Su cabeza estaba en blanco en ese momento,
«¿Qué acabo de hacer? Abofeteé al presidente, ¿qué podía hacer ahora?»
—Señor Alejandro, pues…este...yo... ¡Lo siento! —Pensó Danitza durante mucho tiempo y no supo cómo explicárselo al presidente, que ella pensaba que un pervertido la había atacado.
Alejandro no contestó nada.
Danitza miró su barbilla perfecta y su sexy nuez y no pudo evitar tragar saliva. El presidente era muy guapo, realmente hermoso, pero era demasiado impredecible.
En el vigésimo piso, Danitza se bajó apresuradamente del ascensor, ya que si seguía con él, sentía que se asfixiaría.
Se paró en la puerta del ascensor y respiró hondo. El ascensor de empleados acababa de llegar y los empleados de la secretaría fijaron su mirada en ella, pues ya estaba parada en la puerta de la oficina. Todos estaban sorprendidos y miraron el ascensor detrás de Danitza, sin hablar caminaron directamente hacia la oficina.copy right hot novel pub