Por un momento, Frida pensó que lo había visto mal.
Porque veía en las orejas de Sofía el par de pendientes que los compraba Simón.
-Señorita, ¿qué necesita?- Sonaba la voz del camarero, y finalmente recuperaba la atención de Frida, ella le sonreía al camarero embarazosamente, -Una taza de café, por favor.-
-Sí.- Después de que el camarero se fue, Sofía miraba a Frida con una dulce sonrisa y le sostenía la mano muy íntimamente, -Frida, gracias, eres tan simpática, sé que no te gustan los dulces, pero siempre estás dispuesta a acompañarme a comer dulces, espero que seamos buenas amigas para siempre.-
La mirada de Frida se posaba nuevamente en las orejas de Sofía.
El par de pendientes eran rosas y bonitos, con un brillo hermoso bajo la luz, Frida también se encantaba con el par de pendientes en ese momento, pero luego...
No pudo evitar preguntar, -Los pendientes...-
Al oírlo, Sofía parecía haber recordado esto, extendía la mano y se tocaba el par de pendientes de las orejas, luego ella sonreía, -¿No son bonitos?-
Frida no sabía cómo contestarle, así que solo asentía con la cabeza.
-Sí.- Ella sonreía levemente, pero solo ella misma sabía lo amarga y renuente que era esta sonrisa.
Después de hablar, Frida veía que Sofía extendía la mano para sostener su rostro, jugueteaba con sus pendientes con una expresión tímida, -Yo también creo que son bonitos.-
Frida se sentía triste, las manos debajo de la mesa ya estaban fuertemente unidas, y sus uñas casi se hundían en la carne, luego volvía a aflojarlas, miraba el par de pendientes y preguntaba, -Tú... ¿los compraste tu misma?-
Sofía parecía dudar por un rato, luego negaba con la cabeza, -Claro que no, fue... ¡alguien me lo regaló!-
En este punto, el rostro de Sofía se ponía más rojo y estaba llena de timidez.
Con esta mirada, Frida, por supuesto, sabía lo que significaba, Sofía estaba enamorada.
Era solo que... Frida estaba pensando que no debería Simón darle ese par de pendientes, incluso si Simón tenía ese plan, Sofía no debería ser ese tipo de persona, después de enterarse de que Simón era esposo de Frida, definitivamente Sofía no aceptaría el regalo de Simón y mostraría una apariencia tan tímida, Frida creía en ella.
Pensando en esto, Frida finalmente daba un suspiro de alivio y luego soltaba su mano apretada.
-Felicidades.- Frida la felicitaba sinceramente, pensando que esto debería ser solo una coincidencia.copy right hot novel pub