-¿Y cómo son exactamente?- Naomí parpadeó, -Han pasado tantas cosas últimamente que apenas puedo entenderlas, ¿cuál es la relación entre el señor Diego y tú?-.
-Naomí, ¡qué cotilla eres!- Frida la miró con impotencia y dejó los palillos, -De todos modos, no es lo que tú piensas entre él y yo. En cuanto a qué tipo de relación es, no lo he pensado todavía-.
Ella no había pensado bien si iba a reconocer la afinidad o no.
Naomí, -¡qué tacaña eres, ni siquiera estás dispuesto a hablar de eso, ¿eh?-
Los dos estaban hablando, de repente, el sonido de un timbre llegó desde el exterior.
Naomí se levantó de inmediato, -¡Yo voy!-
Con las palabras de la tía Cristina antes, Naomí sabía que la persona que vino sería Diego!
El fuego de los chismes estaba realmente ardiendo dentro de ella, y cuando la puerta se abrió, Naomí vio que la persona que estaba fuera era Diego.
Diego llevaba un traje oscuro con expresión fría y parecía muy noble.
Naomí pensaba que Frida podría elegir cualquier persona entre óliver y Diego, porque los dos eran buenos.
Al ver a Naomí, hubo una pausa en la mirada de Diego, y un momento después su mirada cruzó por encima de Naomí y se dirigió directamente al interior de la casa.
Naomí sonrió y preguntó, -¿eres Sr. Diego?-
Diego asintió, frunciendo sus finos labios.
Naomí puso un paso atrás, -Frida está ahí-.
Diego frunció un poco el ceño y dio un paso hacia delante, sin poder resistir la mirada de reojo que lanzó a Naomí, notando que la chica tenía realmente una mirada incocente y parecía mirarle con mala intención.
"¿Esta chica ha entendido algo mal?" Al pensar en esto, las cejas de Diego se fruncieron aún más.
De hecho, después de que Naomí fue a abrir la puerta, Frida estaba inexplicablemente nerviosa, para ser honesto con su estado ahora ella realmente no quería ver a Diego, quería despejar su mente por un tiempo más.
Así que cuando Diego caminó detrás de ella, Frida se levantó casi inconscientemente.
-Tú ...-
-¿Cómo estás?-
De hecho, Diego se movió para colocar su maletín a un lado con extrema naturalidad, su mirada se posó en ella, su tono cubierto de la preocupación de un mayor por su niño, y después de preguntar él vio que el desayuno en la mesa había sido realmente terminado.
Tras un momento de desconcierto, Diego no pudo evitar sonreír levemente.
-Te parece tener buen apetito, y no deberías haber nada malo en tu salud-.
Probablemente también se reguló el estado de ánimo.
Diego no se había dado cuenta de que esta hermana suya también se parecía a la personalidad de su madre.
Frida quería decir algo, pero al punto de decirlo, las palabras que llegaron a sus labios se tragaron otra vez.copy right hot novel pub