-¿Te gustaría escucharlo?- Xenia se sorprendió, estaba claro que Simón no quería que cambiara de opinión ayer, así que ¿por qué de repente le preguntaba qué pensaba hoy?
Simón le puso una mano en la cintura y le dijo íntimamente, -Dime lo que piensas.-
-…-
Xenia trató de apartarlo, pero la mano de él estaba sujeta a su cintura como si fueran cadenas, y finalmente tuvo que desistir y entonces dijo, -Estoy dispuesta a darle una oportunidad a Bianca, pero, pido verla antes del juicio.-
Si Simón estaba dispuesto, entonces Xenia necesitaba saber lo que Bianca estaba pensando en este momento, y se preguntó si los días de detención habían hecho que Bianca se arrepintiera.
¿O quizás Bianca aún no cambió a estas alturas? ¿y con más resentida con Xenia?
Al oír que había esperanza, Amaya rompió a llorar y se acercó emocionada a coger la mano de Xenia.
-Gracias, gracias, eres una buena persona, en cuanto Bianca salga de la cárcel, me aseguraré de que te pida disculpas como es debido y te dé las gracias.-
Raquel miraba de reojo, sintiéndose un poco extraña; ayer Simón había sido tan insistente, así que ¿por qué le había convencido una frase de Xenia hoy?
¿Intentaba hacerlo a propósito delante de la madre de Bianca?
Al pensar en ello, Raquel sacudió la cabeza, apartando los pensamientos confusos de su cabeza.
***
Xenia tenía la intención de que, dependiendo de la actitud de Bianca, tomara entonces una decisión.
Simón no sabía en qué estaba pensando Xenia, pero la respetaba. Todo lo que ella dijo que hiciera, Simón lo hizo.
Esta mirada de obediencia era natural para Simón, pero los demás no la entendían del todo. Y ambas personas que estaban al margen tenían sus propias ideas.
Raquel pensó que su sobrino estaba escuchando demasiado a Xenia. Por supuesto, eso era de esperar, así que Raquel negó con la cabeza y volvió a sonreír.
La madre de Bianca, por su parte, estaba muy sorprendida.
Ella ya había visto a Simón en la televisión o en el periódico, y en ese momento pensó que el hombre era poderoso y no tenía emociones de más. Cuando Bianca y Simón estaban en las citas, Simón tenía una cara fría, y Amaya pensó que eso era normal.
Amaya pensaba que ese hombre era como un trozo de hielo, y estaba deseando que llegara el día en que su hija pudiera conquistarlo.
Pero ahora vio a Simón siendo sumiso a otra mujer.
Y esta mujer no es su propia hija.
Amaya sintió un poco de celos.
Pero los celos no solucionaron nada.
Amaya fue lo suficientemente mayor como para saber que si un hombre ama a una mujer desde el fondo de su corazón, se acercará, complacerá y agradará a esa mujer.copy right hot novel pub