Xenia se cerró los ojos, intentó tranquilizarse por una respiración honda. Aunque se mostró muy tranquila, en ese momento la cara se quedó pálida sin sangre.
Un rato después, se abrió los ojos de nuevo, dijo tranquilamente, -Llama a la policía.-
Cuando se abrió la caja, no había nada más que un conejo muerto.
No era un conejo normal, la muerte del conejo era extremadamente trágica, cuyos ojos fueron insertado por dos troncos y cuyas orejas fueron cortadas, llenaba de sangre, y…
Xenia no quería imaginarlo, sobre todo, era tan terrible. Esta escena era tan sangrienta que ellas no pudieron tranquilizarse.
Especialmente para Naomí, tenía mucho miedo, se quedaba en el suelo con las piernas blandas.
Al oírla diciendo que llamara a la policía, Naomí casi rompió a llorar.
-¡Yo…yo no puedo levantarme!-
Xenia se quedó sin palabras.
Ella mordió los labios, se adelantó para sacar a Naomí, por cierto, cerró la caja. Luego, la mantuvo a sentarse en el sofá.
-Yo…yo…- Naomí levantó la cabeza, mirándola, dijo cortamente, -¡Me asusto!... Xenia, Xenia…-
En ese momento, Xenia ya sacó el móvil, llamó a la oficina de administración de la comunidad.
-Perdona, ¿es la oficina de administración de la comunidad? Vale, aquí está la residencia 18, acabamos de recoger un correo al entrar en la comunidad, se produjo algo problema sobre el correo, ¿podría enviar a alguien para solucionarlo? Sí, es un conejo muerto, muchas gracias, de prisa, por favor.- Al colgar el móvil, Naomí la vio con admiración.
Pero dentro de poco, reaccionó, la preguntó, -¿No has dicho llamar a la policía? ¿Por qué no llamarás?-
Aunque había pensado en llamar a la policía, la muerte horrible del conejo no era una casualidad, debería haber alguien con intención.
Pero, si llamaba a la policía por solo un conejo muerto, no sería suficiente la prueba.
Por eso, eligió a la oficina para resolver este problema.
Un rato de consideración, Xenia la preguntó sin contestar directamente a Naomí, -Dices que has comprado los ingredientes por Internet, ¿Qué has comprado?-
Naomí se puso triste, dijo, -¿Acaso me tenía duda? No tengo el hábito de comer conejos, ni siquiera dejo a la tienda que me envíe un conejo tan terrible.copy right hot novel pub