Después de que el médico se fue, Rafael volvió a mirar hacia la habitación.
Simón, que solía ser engreído, estaba junto a la cama, con sus ojos negros mirando fijamente a Xenia tendida en la cama inmóvil. Por sus ojos y su rostro se podía sentir una clara preocupación por Xenia.
Parecía que la señora le tenía agarrado de los pelos a Simón realmente.
La buscó desde hace cinco años. Probablemente porque la familia Leguizamo la escondió deliberadamente, no la habían encontrado. Así que volvió a ver a la señora después de cinco años.
A partir de ese momento, Simón se convirtió en un loco.
Olvídalo, solo déjalo. Durante unos años de su vida, no debería hacer nada para detener a Simón.
Entró Rafael y dijo respetuosamente, -Señor, el médico dijo hace un momento, una vez que la fiebre de la señora baje, estará bien. Si no hay nada más aquí, entonces volveré primero a la empresa.-
Después de todo, todavía había muchas cosas que tratar en la empresa. Y Simón había estado flojo en los asuntos de la empresa recientemente. Aunque él había tratado algunas cosas importantes, la empresa era tan grande, y las pequeñas cosas caen naturalmente en las manos de Rafael.
Rafael tenía que encargarse de todo.
-Ve.- Simón asintió levemente, y le recordó por cierto, -No te olvides de concentrar en esa cosa.-
-Está bien, Señor. Lo miraré fijamente. Si se ocurre cualquier nuevo, le informaré el resultado.-
-Vale.-
Después de que salió Rafael, Simón se quedó al lado de Xenia, cambiándose de vez en cuando las toallas mojadas y refrescándola físicamente.
Junto con la medicación para enfriar, la fiebre de Xenia remitió rápidamente.
Simón se inclinó hacia delante, puso su frente contra la de ella y la tocó con cuidado durante un rato, solo para descubrir que la temperatura corporal de Xenia había vuelto a la normalidad.
Él exhaló un suspiro de alivio, pero su cuerpo no se movió, sino que puso sus manos a ambos lados de ella, mirando a Xenia que aún dormía.
-¿Eres una tonta? Si ni siquiera puedes cuidarte a ti mismo, ¿cómo puedes cuidar a los demás?-
Dicho esto, Simón volvió a suspirar, inclinó levemente la cabeza y le dio un beso en los labios de Xenia.copy right hot novel pub