-Señor Simón.- Los labios de Naomí se movieron para saludar al hombre nerviosamente.
La fría mirada de Simón barrió a su alrededor y no vio a Xenia, y preguntó con voz fría, -¿Dónde está ella?-
Naturalmente, Naomí no había olvidado las instrucciones que Xenia le había dado hace un momento, pero todavía se sentía un poco débil ante este hombre poderoso, así que sus ojos miraron inconscientemente en dirección al salón.
Entonces, sólo dijo en un susurro, -Xenia dijo que debías esperarla abajo durante cinco minutos primero, y que ella bajaría a buscarte después de cinco minutos-.
-¿Cinco minutos?- Al escuchar esta cifra, Simón no pudo evitar entrecerrar los ojos, dijo, -Ya le he dado tanto tiempo a ella, ¿y todavía quiere negociar conmigo?-
Al ver su sonrisa, Naomí no pudo evitar tragar una bocanada de saliva.
Este hombre era demasiado guapo, por suerte ella ya le gustaba Diego!
-Señor Simón, Xenia definitivamente bajará si dijo que lo haría en cinco minutos, así que puedes confiar en ella por una vez-.
No parecía que la mujer se hubiera tomado a pecho lo que él acababa de decir.
Simón se detuvó durante unos instantes, luego su mirada se desplazó y se posó en la puerta del salón.
El rostro de Naomí palideció y los nervios de su cuerpo se derrumbaron al instante.
"¿A dónde miran sus ojos? ¿Quiere entrar en el salón?"
Mientras ella pensaba en ello, las piernas de Simón se movieron y realmente caminaron en dirección al salón.
-¡Señor Simón!- Naomí estaba tan nerviosa que su cara se puso pálida, todo su cuerpo se levantó de su asiento, y al segundo siguiente dio un paso adelante para detener el camino de Simón.
-¿Qué quieres?-
Simón miró a Naomí, que estaba frente a él, y sus cejas se fruncieron con infelicidad.
-¡Vete!-
-¡No, no!- Naomí tartamudeó un poco y abrió las manos para detenerse frente a él. Le había prometido a Xenia esconderlo por ella, si Simón se entrara bruscamente al cuarto en este momento, entonces ¿cómo ella podría explicarle a Xenia entonces?
Las cejas de Simón se fruncieron más mientras miraba a Naomí que se había detenido frente a él, su mirada se tornó de indagación.
"¿Por qué esta mujer estaba tan nerviosa en su expresión y en sus ojos, como si temiera que yo pudiera irrumpir en el salón? ¿Hay algo secreto?" Al pensar en esto, el rostro de Simón se tornó muy sombrío mientras reprendió con voz fría, -Lo diré por última vez, ¡vete!-.
Una mirada tan escalofriante simplemente hizo que las piernas de Naomí temblaran, pero se lo había prometido a Xenia, así que todavía se mantuvo fuerte y habló, -Señor Simón, Xenia me pidió que te transmitiera justo eso, son sólo cinco minutos, definitivamente ella bajará a tiempo-.
-¿Cinco minutos?- Simón hizo una mueca, -Entonces entraré en el salón y la esperaré durante cinco minutos.-
Simón vio que Naomí siempre se detenía frente a él, realmente no tenía la paciencia más, su mirada dura como un cuchillo se posó en su rostro, -¿Vete o no?-
Naomí tragó, sus pupilas se estremecieron.
Justo en ese momento, la puerta del salón se abrió y Xenia salió con una expresión mala.
-Sólo te pido que esperes cinco minutos, ¿tienes que hacer problemas a Naomí?-
Ella cerró la puerta del salón y levantó los ojos para mirar fríamente a Simón.
Sus movimientos fueron naturalmente notados por Simón, y él dio un paso adelante, pero Xenia tropezó de repente y casi cayó delante de él.
Simón la sostuvo con sus manos y frunció el ceño, -¿Qué pasa?-
La voz de Xenia era débil mientras decía, -Un poco mareada.-
-¿Mareada?-
Xenia asintió y de repente recordó algo y apartó a Simón con fuerza, -Sólo estoy mareada y quiero tumbarme dentro un rato, ¿por qué me obligó a venir a abrirte la puerta?-
Después de oírla decir que estaba físicamente enferma, la única pizca de sospecha que quedaba en el corazón de Simón desapareció.copy right hot novel pub