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Esposa falsa de Simón

Capítulo 575: La última vez que me encontré con un niño en la casa de Leguizamo

Las miradas de la chica hacia Xenia se volvieron instantáneamente envidiosas.

Debería ser una bendición ser tenida como un tesoro y mimada por un hombre tan guapo y que no pondría a otras mujeres en su punto de mira para nada.

-Perdón.- El tío gordo tenía una cara amable, se apresuró a volverse para rascarse la cabeza y sonrió tímidamente a Xenia, disculpándose de paso, -Vi que las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse hace un momento, así que corrí bastante rápido, perdón.-

Al ver que su sonrisa y su tono eran muy sinceros, Xenia sonrió igualmente, -No pasa nada, de todas formas no me golpeaste, pero deberías tener más cuidado la próxima vez, es peligroso que lo hagas cuando las puertas del ascensor se están cerrando.-

-Sí, sí, así es, mi esposa me está esperando en casa por eso corrí tan rápido, tendré cuidado la próxima vez.-

Xenia asintió, y antes de que pudiera decir la segunda frase, sintió que la mano que rodeaba su cintura se tensaba más, y Simón apretó su cintura con insatisfacción, arrugando el ceño. -¿Cómo es que no te he visto sonreírme durante tantos días, y ahora le sonríes tan alegremente a otra persona?-

Esas palabras consiguieron que la sonrisa de los labios de Xenia se congelara.

Nunca esperó que Simón lo dijera directamente delante de tanta gente en el ascensor, y había pensado que aunque se quejara, esperaría a llegar a casa para hacerlo.

Al ver que el hombre mayor y la chica que estaba a su lado la miraban fijamente, Xenia sintió que su rostro se calentaba, por lo que tuvo que toser ligeramente para ocultar su vergüenza, y luego bajó la mirada sin responder a las palabras de Simón.

Al no obtener respuesta, las cejas de Simón se arrugaron más, y su dura mirada se dirigió al rostro del tío gordo que estaba a su lado con una sonrisa tímida.

Después de recibir esta dura visión, el tío gordo dio un paso atrás con algo de sudor y dijó a Xenia.

-Tu marido parece muy malo.-

La cara originalmente sombría de Simón, pero después de escuchar estas palabras, su expresión se suavizó inexplicablemente en algunos puntos, y aunque la mirada que dirigió al tío gordo seguía siendo gélida, ya no tenía la misma agudeza asesina de antes.

Después, gruñó.

-Buen ojo.-

Los labios de Xenia no pudieron evitar un movimiento.

Sin embargo, el tío gordo no pudo evitar sonreír, -Tu marido es un poco gracioso, en realidad lo admitió.-

Xenia estuvo tentado de decirle a este tío gordo que esa frase de Simón estaba claramente dirigida a la palabra de marido.

Ella resistió el impulso de poner los ojos en blanco y trató de liberar su cuerpo de los brazos de Simón.copy right hot novel pub

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