La mano de Simón que sujetaba el volante se paró de inmediato, justo cuando se incorporó a la carretera. Sus labios se curvaron ligeramente hacia arriba en un bonito arco, y sus ojos laterales brillantes como estrellas.
De repente, él encontró la oportunidad de girar la cabeza para mirarla.
-¿Te preocupas por mí?-
Ella lo miró durante un largo rato y giró la cabeza para mirar por la ventana.
-Finge que no he preguntado nada-.
No quería admitir que se preocupaba por él.
Sacó la leche y tomó un sorbo, el líquido se deslizó por su garganta hasta llegar al estómago, y después de dar un bocado a su tortilla, ella apretó de repente la bolsa que había llevado.
"¿Quiero dárselo?" ella preguntó en su interior.
De todas formas, el sándwich era algo que ella preparaba inconscientemente para él.
"¿Qué tal si se lo doy? Puedo decir que esto es un regalo a cambio."
Pero no importaba cómo lo pensara, Xenia no podía conseguirlo.
El coche siguió conduciendo tranquilamente hasta llegar a la planta baja de la compañía. Xenia ya se había comido la tortilla y la leche, y cogió un pañuelo para limpiarse la comisura de los labios.
-Gracias-.
Después de darle las gracias, ella pensó en abrir la puerta y salir del coche, pero de repente se le ocurrió algo.
-Por cierto, ¿vas a llevar mi coche a la comunidad?-
Simón frunció sus finos labios, con voz fría, -No, voy a la empresa-.
-¿A la oficina?- Xenia no pudo evitar mirar fijamente y señalar su coche, -¿Vas a llevar mi coche allí? ¿Estás seguro?-
Aunque este coche suyo no era especialmente malo, pero comparado con el coche que normalmente conducía Simón, este coche de ella no era realmente ni la mitad de bueno que el que él tenía, y había una gran diferencia en el precio por encima.
¿Estaba en serio?
-¿Cuál es el problema?- Simón levantó la mirada y la barrió, -Te recogeré al final del día, cuídate-.
Parecía que él estaba diciendo en serio. De repente ella recordando lo que él se dijo anoche, dijo que se quedaría al lado de ella hasta que la investigación se aclarara, parecía que realmente era fiel a su palabra.
¿Sólo no estaría cansado de levantarse así todo el tiempo?
Xenia apretó la bolsa en su mano, sintiéndose de repente un poco culpable al pensar en ello y entregársela.
-Es para ti-.
Las cejas de Simón tenían una mirada desconcertada mientras recogió la bolsa, y sin esperar a que abriera la boca para interrogarse, Xenia se explicó primero.
-Se suponía que esto era el desayuno que me preparé, pero no esperaba que me trajeras el desayuno, así que no pude comer este, y te lo doy a ti.copy right hot novel pub