Después de terminar el trabajo, Xenia bajó las escaleras y vio a Óliver que la estaba esperando. Suspiró cuando recordó lo que dijo cuando la envió de regreso a la empresa al mediodía.
Óliver quería perseguirla en serio.
¿Cómo podía ella negarse para que él se rindiera?
Después de pensarlo, Xenia fingió no verlo y caminó hacia el estacionamiento con la llave del auto en la mano.
Después de unos pasos, Óliver la persiguió y la detuvo.
-Hemos acordado que te llevaré a casa y recogeremos a Bernabé.
-No, has equivocado -Xenia se negó, frunciendo los labios rojos.
Óliver se sorprendió y sonrió -Xenia, relájate, solo quiero hacer un pequeño esfuerzo.
-Lo sé, pero tengo un coche -Xenia le mostró la llave del auto en su mano, -Tengo que conducir a casa.
Los ojos de Óliver se movieron.
-Entonces, ¿puedo recoger a Bernabé contigo?
Ella no supo qué decir.
-Si no me equivoqué, viniste en auto, ¿verdad? ¿Y qué vas a hacer con tu coche si estás conmigo? Así que regresa con tu auto.
Mientras caminaba, Xenia se detuvo repentinamente y miró al frente sin comprender.
Óliver lo notó y siguió su mirada.
El estacionamiento subterráneo es un poco oscuro, un hombre alto apoyado en un auto, su hermoso rostro medio escondido en la sombra, sus ojos impredecibles.
¿Fue Simón quien fue expulsado por ella?
Los labios de Xenia se movieron, pero ella no pudo decir nada, y subconscientemente miró a Óliver a su lado.
La última vez que se encontraron en el supermercado fue bastante vergonzosa, y hoy se volvieron a encontrar en el estacionamiento.
Xenia se quedó aún más sin palabras.
Cerró los ojos y empezó a tener dolor de cabeza.
Al escuchar una sonrisa suave, Óliver dijo en voz baja, -¿Fue por Simón que no quieres que viaje en tu auto?
Xenia, -Claro que...copy right hot novel pub