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Esposa falsa de Simón

Capítulo 746: Una mujer extraña

Esta mujer era, en efecto, diferente de las que habían intentado acercarse a él recientemente.

Su mirada estaba llena de tristeza, pero no tenía nada de pánico, lo que dio a Simón una sensación real.

-Ayúdame…

Xenia seguía suplicándole ayuda, pero había una creciente desesperación en sus ojos.

El hombre que no pudo evitarle a Xenia ningún dolor terrenal, Simón, ahora le hacía esto.

¿Será que las cosas eran realmente como habían dicho Carmen y Diego, que Simón ya no la conocía?

Pero, ¿por qué ha ocurrido todo esto? ¿Por qué?

-No me lo creo, no puedes no conocerme, debe haber algún malentendido, suéltame -Xenia no pudo evitar gritar.

Los delgados brazos blancos de Xenia ya estaban marcados en rojo por los dos fuertes guardaespaldas, Simón frunció el ceño y estuvo a punto de pedirles que la dejaran ir.

Pero de repente se oyó la voz de un hombre tranquilo.

-Siento interrumpir, pero mi hermana se ha confundido con otra persona, nos la llevamos ahora, por favor, dígale a sus hombres que la dejen ir.

Los dos guardaespaldas que sujetaban a Xenia, también se dieron cuenta de que Xenia tenía un aspecto diferente al de las otras mujeres, volvieron a mirar a Diego y pensaron que no parecía un mentiroso.

Entonces los dos hombres soltaron a Xenia.

En el momento en que Xenia se liberó, hizo un movimiento hacia Simón de nuevo, sólo para ser detenida por Diego que la agarró del brazo.

-¡Volvamos!

-Hermano, suéltame, no voy a volver contigo, tengo que averiguar qué pasa. Hermano, ¿puedes ayudarme? No, no necesito que me ayudes, lo resolveré yo mismo ahora.

Como Simón estaba de pie no muy lejos de ellos, las emociones de Xenia comenzaron a sacar lo mejor de ella de nuevo. La hipótesis que le habían contado en el coche ya la había puesto al borde de un colapso emocional.

Ahora que había resultado ser cierto y que Simón seguía aguantando con tanta frialdad, Xenia estaba a punto de volverse loca.

La fuerza de Diego le impidió ir más allá.

Diego levantó la cabeza y miró a Simón.

Simón también lo miró.

-Siento las molestias que ha causado mi hermana al confundirla con otra persona, me disculpo en el lugar de mi hermana, espero que no le importe.

Simón sonrió ligeramente e hizo un gesto para mostrar que lo entendía.

Diego tiró de Xenia hacia fuera y ésta siguió forcejeando sin dejar de mirar a Simón.

-Hermano, suéltame, tengo tanto que preguntarle, suéltame, que me suelta…

No era tan fuerte como Diego y sólo podía ver cómo Simón se alejaba cada vez más de ella.

Simón pensó que tal vez esa chica estaba realmente equivocada, pues de lo contrario, ¿cómo podría haber enloquecido en presencia de su hermano?

Pero nada de esto parecía tener que ver con él.

Entonces Simón se dio la vuelta y se fue.copy right hot novel pub

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