Naomí seguía tocando los ajos, y luego los cortó en varios pedazos rápidamente.
Mirando a los ajos, Xenia preguntó con curiosidad, -¿vas a comerlos?
-¿Hay algún problema? -contestó Naomí.
-No, por supuesto que no, lo que quería decir es que… ¿te gusta el sabor de ajo?
Tras sus palabras, Naomí reaccionó en seguida, y dijo, -tienes razón, mi media naranja todavía está aquí, no debo comer los ajos. Si tendré una oportunidad de hablar con él en privado, el aliento de ajo estará muy mal para él, cuando abro mi boca.
Pensó en esto, Naomí tiró los ajos cortados al contenedor de basura inmediatamente.
Y luego, limpió el cuchillo de cocina y la tabla rápidamente.
-Menos mal que me adviertas -Naomí murmuraba.
Le dio un vistazo a Naomí atentamente, Xenia no encontró ningún señal de esquivar sus ojos, parecía que había olvidado todas las palabras entre ellas.
-¿No le importan, o por descuido? -Xenia pensó y dijo-, pues… ¿has oído lo que dije?
-¿De qué? -Naomí contestó.
-Quizás, Rafael esté celoso -Dijo Xenia.
-¡Eso es imposible! -gritó Naomí.
-¿Cómo lo sabes? También estás sospechosa, ¿no? Solo no estás segura, y nada más -Respondió Xenia.
-Tienes razón, estoy un poco sospechosa, pero lo considero atentamente, creo que es imposible que Rafael se enamorara de mí. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, si le gustara, me lo diría. Sin embargo, lo negó cuando le preguntó en aquel día. De verdad, me arrepiento de que le preguntó por impulsos rápidos, tengo mucha vergüenza por hacer una pregunta así.
-Bueno, no sé qué puedo decir con ella. Es mejor que no me meta en su asunto -Pensaba Xenia.
Y Xenia no habló nada más, las dos personas estaban cocinando silenciosamente.
En ese momento, Simón quedó dormido, por eso Xenia preparó una ración de comida para él de antelación, cuando se despertó, sería más conveniente para él a comer.
Cuando Xenia cogió justo las comidas en el refrigerador, oyó que Diego Leguizamo había dicho algo.
-Mañana vuelvo a mi país -Dijo Diego.
Tras sus palabras, los palillos que habían estado en la mano de Naomí cayeron al suelo.
Parecía que el tiempo no había transcurrido, después de un poco, Naomí bajó su cabeza embarazosamente, y preparó a coger los palillos que habían resbalado.copy right hot novel pub