Se separaron con solo toque, como una libélula tocó el agua.
Se sintió como si rozase el viento. Aunque era ligero, se encontraba claramente impreso en los labios de Naomí.
La chica, que estaba gritando y muy emocionada, permaneció en silencio en ese momento. Tal vez se asustó por el comportamiento repentino de Rafael.
Entonces Naomí se quedó allí sin comprender, mirándo al hombre que estaba tan cerca.
Frente a ella se vio la cara amplificadora de Rafael. La distancia entre los dos era tan cercana que casi podía tocar la mejilla suya si se movía. Además, Rafael... la besó hace poco.
Así que Naomí no se atrevió a moverse en absoluto.
Y su mente se desordenaba. Rafael... ¿Por qué la besó de repente?
Los ojos de Rafael eran profundos y sus manos estaban sobre sus hombros todavía.
Se movió una mano hacia arriba lentamente, cayó sobre su mejilla y la sostuvo con suavidad. Tras un segundo, le preguntó con voz ronca, -¿Estoy calificado para controlarte ahora?
Naomí no sabía que decir.
Abrió los ojos y lo miró a Rafael que tenía los ojos oscuros y la voz ronca ante ella.
Por alguna razón, se le latía el corazón con fuerza.
¿Ella ... ella fue ... fue coqueteada de burla?
Sin embargo, Rafael reconoció que no le gustaba ella, ¿no? ¿Por qué...? ¿Por qué la besó de repente y...?
A pesar de eso, esas acciones y palabras de Rafael la hicieron despertarse mucho.
Miró a Rafael intensa y lentamente. Levantó la cabeza para bloquear entre los dos. Después de confirmar que no tenía otras acciones, lo empujó para alejarse de él.
Actuó con cautela, por miedo a enfurecerlo.
Rafael no hizo ningún movimiento al principio. Se le cayeron los párpados levemente, mirando esas tiernas manos blancas contra su pecho, impidiéndole avanzar. Luego lo empujó lentamente, tratando de apartarlo.
Fue empujado aproximadamente a media pulgada de distancia. A Rafael se le fruncieron las cejas de repente.
En el siguiente segundo, la presionó hacia adelante con fuerza. Naomí no lo esperaba por un momento, y fue contenida contra la pared fría nuevamente.
-Tú, ¿qué haces?
Naomí estaba un poco asustada. No esperaba que Rafael, muy honesto en la vida cuotidiana, ¿fuese tan fuerte en ese momento? Su respiración era un poco desordenada y sus manos seguían obstruyendo su avance ante el rostro de Rafael.
Rafael frunció los delgados labios, viéndola con vista aguda.copy right hot novel pub