Xenia iba a darse la vuelta. Justo en ese momento, escuchó las palabras de Naomí, se detuvo y regresó.
Caminó hacia la puerta de nuevo y quiso llamarla de nuevo, pensando que Naomí acababa de decir que quería estar sola y también recordando lo que Simón le había dicho antes.
Por fin, Xenia bajó la mano.
Quizás Naomí necesitase esatar sola para ajustar bien su estado de ánimo.
Y tendría una solución el día siguiente.
Hay muchas ocasiones en la vida en las que aunque estás reacio a dejarlo ir, debes hacerlo.
Si querer a Diego hacía que Naomí fuese dolorosa y se perdiese, entonces... sería una buena cosa que le dejase ver claramente lo sucedido y rendirse por completo.
Pensando en eso, Xenia susurró suavemente, -Bien. Te dejo en paz. Cuando te dejes convencer, envíame un mensaje. Me voy para descansar primero.
Cuando Xenia regresó a la habitación, solo tardó diez minutos en ir y venir.
Ella pensó que Simón no debería haberse quedado dormido en ese momento, pero no esperaba de regreso que cerrase los ojos y se durmiese, respirando suavemente en la cama.
Cuando se le acercó, Simón no la notó.
Pareció que estaba muy cansado esos últimos días.
Luego, Xenia fue a tomar una ducha y se arrastró sigilosamente sobre la cama. Debido a que tenía miedo de despertarlo, se acurrucó del otro lado. Acostada un rato, sintió un par de manos cálidas en su cintura y la abrazó por completo antes de que pudiese reaccionar.
Con un latido del corazón, Xenia escuchó una voz ronca justo cuando quería girar la cabeza.
-¿No sabes acercarte a mí? ¿Qué haces si te resfrías a medianoche?
-¿Tú no estás dormido? ¿Por qué...?
¿Acaso se fingió dormido? Sin embargo, su respiración fue obviamente tan constante y...
De hecho, Simón se quedó dormido de verdad, pero lo despertó el sonido del agua del baño. Tuvo mucho sueño al principio. Después de escucharlo, toda el cuerpo se puso inquieto y caprichoso. Cuanto más lo pensó, más no podía controlarse.
Hasta que Xenia terminó de ducharse, se llevaba la fragancia y la humedad del baño. Simón se quedó allí con los ojos cerrados, esperando que se inclinase y durmiese a su lado.
No se sabía que la mujer se acostase tan lejos de él.
Simón esperó un rato, pero ella siguió sin venir.
Simplemente la abrazó él.
-Me he dormido, pero me despierto de nuevo.
Era muy cercana a ella la voz que habló.copy right hot novel pub