Mateo también quedó atónito, ¿le limpió la cara su hija?
No le dejó tiempo rechazar, Naomí se hubo vuelto al baño para recoger el agua. Después de un rato, ella cogió un bebedero pequeño en las manos, puso el agua al medio y una toalla blanca.
Todas estas cosas fueron traídas por ella desde la casa, era para el uso después de que se despertó el padre.
Naomí dejó el bebedero en la mesa al lado de la cama, secó la toalla luego y inclinó la cintura preparando a limpiar la cara para Mateo.
A lo mejor que no estaban tan cariñosos los dos después de crecer Naomí, por eso cuando se acercó Naomí limpiando su cara, Mateo estuvo un poco innatural.
Después de limpiar por un rato, Mateo sólo pudo decir, -Nana, déjame hacerlo yo mismo.
Dicho eso, Mateo quiso levantar la mano para recoger la toalla.
Resultó que sólo movió la mano una vez, pareció que afectó a las heridas. Le dolió mucho y perdió el control con la cara dolorosa.
-¿Papá, estás bien?
La cara de Naomí cambió mucho, -¿Si te duele en algún sitio? ¿Te voy a llamar al médico?
Mateo se tranquilizó y negó con la cabeza, -Estoy bien, bien, a lo mejor que se afectó a las heridas aquel momento por descuidado.
Escuchó eso, Naomí dio un suspiro, -He dicho que te limpio la cara, ¿por qué mueve? Acuéstese allí tranquilamente, soy tu hija, no otras personas, no tiene razón de rechazarme.
Cuando dijo estas palabras, el tono de Naomí cambió en serio. Se volvió a lavar la toalla de nuevo y inclinar la cintura a limpiar la cara por Mateo detenidamente diciendo, -¿No se preocupa por no poder limpiar bien, no? Tranquila, te voy limpiar unas veces más, aseguro que mamá estará satisfecha cuando venga.
Mateo miró a la hija enfrente.
Había 5 años.
Él no vio a su hija por cinco años realmente.
Ahora la hija estuvo a su lado, además le limpió la cara y le habló en tono serio hacia poco con él. Mateo imaginó muchas veces la escena de verse ellos esta vez.
Creyó que Naomí debió seguir siendo caprichosa y él siguió poniendo su cara vieja en seria.
No esperó que los dos se reconciliaron así como antes.
Al pensar en eso, apareció una expresión consolada en la cara vieja de Mateo, -Mi hija ha crecido por fin, ya sabe cuidar a su padre.
Escuchó eso, Naomí paró la acción de las manos por un momento y vio la mirada cariñosa de Mateo. Recordó que no vio a su padre una vez durante estos años, empezó a sentirse mal en la corazón.
Ella mordió el labio bajo, la voz estuvo ronca.
-Papá, lo siento...
Mateo también quedó suspenso.
-No debí tratarle así hacia cinco años. Es mi culpa estos años, ¿me puedes perdonar? Voy a acompañarle a su lado a lo largo tiempo y no voy a ningún sitio.copy right hot novel pub