-No. es. necesario, mamá. Ese hospital es el mejor, muy profesional, no hace falta de cambiar otro.
Brisa asintió con la cabeza, pero todavía se preocupó, por eso la revisó otra vez. Después de asegurar que ella no tuvo más heridas, ya quedó tranquila.
-¿No te hicieron nada excepto los golpes, ¿no?
Naomí entendió sobre qué Brisa preguntó, y negó con la cabeza.
-Menos mal, todos estos malditos deben ir al infierno. ¿Sus padres no les enseñaron que no pueden hacer daños a las chicas? ¡Son realmente condenados cabrones!
-Mamá, no te enfades.
-Por cierto, hasta dicho que fue Miguel que te salvó?
-Sí, cuando mandé la comida a domicilio, me encontré con él que fue a buscar alguien allí. Luego a lo mejor que se diera cuenta de que no salí de allí, por eso vino a salvarme. Entonces llamemos a la policía y fuimos a la comisaría juntos.
-Es así, pues tenemos que dar gracias a señor Miguel la próxima vez. Si no fuera él, no podríamos imaginar en qué situación encontrarte.
En ese situación, nadie en la sala privada ayudó a Naomí, además todas las personas que la maltrataron eran hombres, se sintió desesperado y miedoso sólo por pensarlo.
-Sí, buscaré una oportunidad de agradecerle.
Por la noche, cuando Mateo se enteró de esta cosa, volvió a hacer la misma cosa que Brisa hizo por el día. Mateo estuvo más emocionado que Brisa. Fue a la cocina después de saberla, Brisa cogió su abrazo y le preguntó qué quiso hacer.
Mateo dijo que fue a matarles con el cuchillo.
Naomí que estuvo al lado apoyó la frente sin remedio.
-Papá, matar a una persona es ilegal, tú también vas a entrar en el cárcel.
Mateo, -¿Acaso mi hija fue maltratada y no hago nada?
-La hija ha dicho que les van a ser castigados según la ley. No necesitamos meternos en esto. A lo más encontraremos a alguien para darles una lección, les haremos saber que nuestra hija no es maltratada fácilmente.
Dicho eso, Brisa apuntó el cuchillo en la mano de Mateo.
-Ese cuchillo no se usa así, es para cortar el carne. Ponlo en el sitio que debe estar apresuradamente.
Mateo sólo pudo poner el cuchillo en la cocina.
Naomí quitó el sudor débilmente.
Menos mal que sus padres eran personas que escucharon persuasión y no eran extremados.
***
Naomí quedó en casa recuperándose todo el día, todavía no consiguió su móvil, tampoco se atrevió a llamar a su móvil, sólo pudo quedar en casa el día entero.copy right hot novel pub