La sala de recepción estaba tranquila, el cálido sol de invierno brillaba sobre la alfombra y todo parecía dorado.
A causa del frío, Naomí se acurrucó en el sofá.
Eso fue lo que vio Diego cuando entró.
En el pequeño sofá sólo cabía Naomí, haciéndola parecer aún más delicada.
Diego se sorprendió que se quedara dormida aquí.
Esperaba que Naomí se hubiera marchado por la impaciencia.
Después de todo, ella había actuado claramente como si no quisiera volver a ver a Diego cuando éste la había enviado a casa ese día.
Diego siempre había sido capaz de controlar muy bien sus emociones, y después de que ella le dijera que lo dejaba, estaba incluso dispuesto a alejarse de ella sólo para que pudiera ser feliz.
Porque no sabía cómo irían a cambiar sus sentimientos por Naomí.
Diego, sin saberlo, se había medio agachado frente a Naomí y le había mirado a la cara.
De repente, Naomí sintió con fuerza que alguien la miraba fijamente y abrió lentamente los ojos.
Era demasiado tarde para que Diego evitara su mirada, así que no quiso ocultar nada más.
Aturdida y confundida, Naomí vio el apuesto rostro de Diego y se despertó por completo, sentándose de inmediato y dejando caer su chaqueta.
-¿Qué haces aquí?
Miró a Diego nerviosa y tímida y se recogió el pelo, -Me quedé dormida.
-No duermas más en la sala de recepción -dijo Diego.
Naomí pensó entonces: "¿Será por el indecoro en la sala de VIP?"
Así que tartamudeó, -Perdón...
-Es invierno, puedes dormir en el descanso para evitar coger un resfriado.
Naomí estaba a punto de levantarse y recoger sus cosas cuando escuchó esto y se detuvo.copy right hot novel pub