-Naomí, te presento a Gaitán.
El hombre se ofreció a estrechar la mano de Naomí.
-Hola, me llamo Gaitán Ávila.
-Hola, soy Naomí.
Los dos se estrecharon la mano, y cuando Naomí retiró la suya, Gaitánla retiró justo a tiempo, muy educadamente.
-Naomí, Gaitán puede ayudarte, no tiene que trabajar los fines de semana -Cristina le guiñó a Brisa-. Vamos al mercado.
Brisa, por supuesto, sabía que Cristina estaba tratando de dejar a los hijos solos, y dio una mirada de preocupación a Naomí, que asintió con la cabeza.
Entonces Naomí le dijo al hombre, -Siéntate, ¿quieres probar los fideos?
Gaitán sonrió, -Gracias, Cristina me ha dicho que tu tienda va bien, avísame si necesitas mi ayuda, no sé mucho pero puedo aprender.
Habló con humildad, Naomí no le odiaba pero tampoco le gustaba.
Al fin y al cabo, ni siquiera le había conmovido que Rafael fuera tan amable con ella, así que ¿cómo iba a cambiar sólo por una cita?
Naomí se la jugó un poco al hacerlo, pero creía que podía superar a Diego.
Quería demostrar que no tenía que estar con él.
Incluso con otra persona estaba segura de que tendría una vida feliz.
Los camareros miraron al extraño hombre y murmuraron.
Gaitán hablaba muy bien, no hacía demasiadas preguntas a Naomí y la ayudaba mucho.
Cuando llegó la hora de la cena, Gaitán dijo, -He aprendido mucho hoy, volveré mañana para ayudarte, no empiezo a trabajar hasta pasado mañana y tengo mucho tiempo libre.
Naomí se lo pensó y asintió.
-Bien, gracias.
-Estoy deseando volver a verla, señorita Naomí, adiós.copy right hot novel pub