Esta afirmación hizo que Bernabé se quedara mirando.
Sólo había pensado en alejar al hombre de Naomí, no en lo más importante que era que si el hombre se iba enfadado por sus palabras, luego saldría a decir tonterías y arruinaría la reputación de Naomí.
Bernabé no lo había pensado antes, pero luego pensó que qué le importaba lo que dijeran los demás, ya que de todas formas la vida era suya, y como a Naomí le gustaba su tío, sólo debía importarle él.
Pensando en ello, Bernabé responde.
-Naomí no es el tipo de persona que se preocupa por lo que piensa la gente.
-¿Y sus padres?
Diego se levantó con sus llaves.
-¿Ahora sabes por qué lo niego? Levántate y no vuelvas a hacer un lío así, y la próxima vez te enviaré directamente con tu padre para que te enseñe él mismo-.
Bernabé siguió a regañadientes a Diego mientras se levantaba y se dirigía al exterior, todavía indignado en su corazoncito, y sólo pudo decir,
-Tío, tienes que creerme, ese hombre no tiene buena intención, cuando fui a la tienda realmente me dijo que era el dueño.
Al oír esto, Diego finalmente se detuvo y entrecerró los ojos,
-¿Dices la verdad?
-Es cierto, por eso no me gusta. Dijo que la tienda de ramen era suya antes de casarse con Naomí, cuando en realidad era obra del corazón de Naomí.
Diego no retomó las palabras de Bernabé, pero el cálculo ya estaba en su mente.
-Entendido, yo me encargo de esto, tú no te metas.
Una vez en la oficina, Diego llamó a Carmen y le pidió que investigara a alguien.
Carmen no sabía al principio a quién estaba investigando, y tras pedirle una aclaración, descubrió por qué, y entonces no pudo resistirse a bromear con Diego.
-¿Esta es la forma en que usted finalmente se pone al día?
Ante sus palabras, Diego la miró con frialdad.
-¿No puedes ni siquiera hacer una pregunta? Bien, entonces lo investigaré y los resultados serán rápidos-.
*
Cuando Naomí volvió a la tienda de ramen, estaba deprimida, y Gaitán le habló varias veces y ella le ignoró o no le escuchó.
Al final, todo el cuerpo de Gaitán se desinfló.
-¿Me estás culpando por no poder pagar esa comida?
Al oír esto, Naomí se dio cuenta de que se había pasado un poco y sólo pudo explicar, -No, no tiene nada que ver contigo, es que estaba un poco cansada cuando me quedé sin nada, y como ya te he dicho, tú no eres pariente de Bernabé y no estás obligada a comprarle la comida, así que es normal que yo pague la comida.
-Así que tú, ¿puedes seguir viviendo? Es mucho dinero para esa comida, tú...
-Está bien -Naomí sonrió débilmente-.copy right hot novel pub