Las palabras de Diego hicieron que Naomí se quedara quieta y no avanzara. Entonces Diego se acercó a ella con un par de zapatos, se agachó y le dijo:
-Los zapatos que llevas son demasiado grandes y tiendes a caerte, así que ponte estos primero.
Naomí miró las zapatillas de mujer azul claro que tenía delante y le dio las gracias. Después de ponerse los zapatos que le quedaban bien, estaba a punto de guardar el par que no le quedaba bien, cuando Diego se movió más rápido que ella.
Diego recogió los zapatos que no llevaba y se marchó. Naomí se quedó quieta, miró el vestido que llevaba y luego las zapatillas que llevaba en los pies, y suspiró de alivio por dentro.
"Afortunadamente la estética de Diego es la de un hombre normal."
Si la estética de Diego fuera pobre, podría haber pensado que a las chicas les gustaba el color rosa. Entonces podía que el vestido y los zapatos que llevaba hoy Naomí eran de rosas.
Naomí siguió a Diego bajando las escaleras, donde Coco, la gatita, ya estaba sentada en una silla esperando su comida; Coco vio a Naomí y maulló, así que Naomí fue inmediatamente a sentarse a su lado.
Naomí estaba nerviosa por comer a solas con Diego por primera vez y no sabía qué hacer, así que siguió acariciando la cabeza de la gatita repetidamente.
Coco maulló. Se sintió un poco incómodo y forcejeó un poco, tratando de zafarse de las malvadas manos de Naomí.
-No te vayas -susurró Naomí, cogiendo en brazos a la gatita que intentaba escapar. Como Naomí estaba muy nerviosa, no dejaba de acariciar la cabeza del gatito.
-¡Miau! -Coco protestó descontenta, forcejeando ligeramente.
-La dejas pasar -Diego habló de repente. Asustada, Naomí miró a Diego y se soltó inconscientemente.
Liberadoa, la gatita huyó inmediatamente de los brazos de Naomí y pronto desapareció del comedor.
Naomí no sabía qué decir porque Coco corría muy rápido, como si le tuviera miedo, y Naomí se mordió el labio suavemente, sin atreverse a mirar a Diego a los ojos, cuando oyó que éste le dijo:
-Después del desayuno, te llevaré a casa.
-De acuerdo -Naomí bajó la cabeza para comer.
Naomí comió despacio, pero cuando estaba a punto de terminar, oyó unos pasos y levantó la vista para encontrarse con Carmen, que llevaba tacones altos y hacía un sonido crujiente al caminar, se sonrojó y apartó la mirada tímidamente, pensando:
"¿Qué hace Carmen aquí? ¿Me verá a mí y a Diego aquí y pensará…"
-Buenos días, señor -Carmen los vio a ambos desayunando cuando entró y se sentó al otro lado de la mesa, sacando la información que había traído.
-Buenos días -Naomí escuchó la voz tranquila de Diego, fría y sin ondulaciones, como el agua de un lago invernal.
-Esta es la información que he coleccionado de la noche a la mañana, y también me he tomado el tiempo de recopilar sus condenas anteriores, sus fraudes son enormes y extensos. Sobre la base de este, me temo que tendrá años de prisión.copy right hot novel pub