Diego la esperó en la sala de estar.
-¿Qué pasa? -salió Naomí de la habitación, bajó la cabeza y se acercó a Diego tartamudeando.
"¿Está nerviosa?"
-Voy a la empresa ahora -Diego frunció los labios y le dijo-. Tendré una reunión a las dos y terminará alrededor de las tres y media.
Naomí, que se sintió desanimada, se quedó confusa cuando escuchó estas palabras.
"¿Por qué de repente me dice esto? ¿Qué tiene que ver la reunión conmigo?"
-Después de terminar la reunión, no tengo otra jornada.
En este momento, Naomí era aún más aturdida y no pudo evitar levantar la cabeza, mirándolo con dudas.
La inocencia de Naomí hizo que Diego se sintiera cansado, pero pensaba que no estaba mal, por eso sonrió.
-¿Me sigues a la empresa?
Naomí se puso sorprendida
"Diego... ¿me invita a su empresa?"
-¿A la empresa? -Naomí preguntó de nuevo con incertidumbre.
-Sí -Diego asintió, pero no se sintió seguro y le preguntó-. ¿Vienes conmigo?
-¡Sí! -Naomí asintió vigorosamente. Después de decirlo, sintió que estaba tan emocionado, así que explicó de inmediato-. Quiero decir, como estoy libre, vamos a tu empresa juntos.
Después de explicarlo, comenzó a arrepentirse de nuevo. ¿Por qué siempre dijo sobra? Parecía que su explicación era una disimulación. Incluso Naomí quería morderse la lengua hasta que no podía hablar.
Se subió al automóvil con Diego, se abrochó el cinturón de seguridad y luego se fueron juntos.
Después de que los dos se fueron, una mujer con un niño que estaban al lado de las cristaleras en el segundo piso de la villa estaba mirando hacia abajo.
-Mamá, ¿Naomí va a convertirse en mi tía? -Bernabé miró a Xenia.
Al escuchar que su hijo llamó a Naomí tía, Xenia pensó que se sonaba especialmente agradable. Ella sonrió y extendió la mano para acariciar la cabeza de Bernabé.
-Sí, debería ser pronto.
-Muy bien -asintió Bernabé -. Entonces puedo ir a la casa de la tía a pedir manjares gratis.
Xenia no tuvo ningún remedio.
¿Qué pasó con su hijo? Solo pensaba en comer gratis todos los días.
*
En la empresa.
Cuando Diego y Naomí entraron juntos a la empresa, la chica de recepción reconoció de inmediato que la chica junta al Sr. Diego, quien era la que le había enviado comida. Al principio, pensó que estaba equivocada, pero en este momento Naomí también la miró. Con solo un vistazo, la recepción inmediatamente dejó aparte su mirada en seguida con vergüenza.
Todavía no olvidó lo que había pasado anteriormente. Ella y otras empleadas de la empresa habían provocado problemas a Naomí.copy right hot novel pub