Cuando le explicaba con ansiosiedad, no se dio cuenta de que el coche de Diego había dado la vuelta. Habría conducido en la carretera principal, pero resultó que conducía hacia una lateral. La chica simplemente no reaccionó hasta que se detuvo.
-¿Donde estamos?
Mientras preguntaba, Naomí se volvió para mirar el paisaje exterior, incluso tratando de asomar la cabeza por la ventana.
Cuando iba a asomar la mitad de la cabeza, Diego la tomó de la muñeca y luego presionó su cabeza hacia atrás con una mano grande, diciéndole en voz baja, -No asomes en el coche. Es muy peligroso.
De repente, su cabeza fue presionada hacia atrás por él. Luego, vio que la ventana se levantaba, sellando rápidamente el espacio.
Volvió la cabeza y le preguntó con duda, -No asomaré, pero ¿por qué cierras la ventana...?
A la mitad de la conversación, Naomí le dijo tartamudeando, porque descubrió repentinamente que la emoción en los ojos de Diego, que presionaba su cabeza, no era correcta.
-¿Qué, qué pasa...?
Quizás fuese la primera reacción del cerebro. Naomí detuvo inconscientemente con las manos el cuerpo de Diego, tratando de impedir que avanzase.
De repente notó que Diego había parado el coche allí deliberadamente, ¿no? Debido a que el estacionamiento fue posible a ese lado, ¿cambió deliberadamente la dirección solo para detenerse allí?
Al saber de eso, a Naomí se le volvieron incontrolables los latidos del corazón. ¿Quería besarla de nuevo?
Naomí estaba totalmente distraída. El hombre frente a ella ya se había inclinado hacia sí misma. Naomí retrocedió unos centímetros, poniendo sus manos frente a su pecho, y le dijo: -¿Qué haces? Es de día todavía y estamos afuera...
Aunque no era prohíbido aparcar el coche en ese lugar, seguían pasandola gente y coches. ¿Cómo podían ellos...
Diego, quien fue impedido e incapaz de avanzar, no tenía prisa. Solo miró los labios rojos de Naomí y susurró, -¿Sabes que dejé mi trabajo en la empresa al recibir tu mensaje?
Naomí estaba atónita. Nunca esperaba que se lo dijese de repente. Un poco irrazonable y culpable, le dijo, -Yo, solo quería preguntártelo. No imaginaba que realmente hubieses venido... Además , si tienes trabajo en la empresa, puedes rechazarme.
Hablando, la confianza se hizo cada vez menor poco a poco. Probablemente, debido a eso, no dio mucha fuerza y resistencia para empujarlo. Diego aprovechó la oportunidad para cortar un poco de la distancia.
-Mi novia ha mandado un pedido.copy right hot novel pub