Pensando en ello, Xenia sacudió la cabeza y dijo en voz baja:
-Todavía no sé qué hacer, sólo seguir la corriente.
Raquel la tranquilizó suavemente:
-Ha sido duro para ti.
Los dos estaban hablando cuando Xenia oyó de repente que la puerta se abría, Xenia miró el reloj.
-Simón está fuera del trabajo, ¿por qué no nos acompañas a comer a mi casa hoy?
Raquel aceptó, y Xenia se dirigió a la cocina para preparar el almuerzo del día, pero algo se le ocurrió de repente: la noche en que la medicación de Simón había hecho efecto, le parecía haber pronunciado el nombre original de Simón.
Pero según el comportamiento de Simón en los últimos días, no parece ser consciente de ello.
Simón entró en la casa y se encontró con una persona más en la casa, Raquel.
Él asintió a Raquel a modo de saludo.
-Tía, gracias por venir a mi casa a hacerle compañía a Xenia.
Raquel sonrió y asintió con la cabeza:
-¿Estás fuera del trabajo?
-Sí -Simón asintió. Era mediodía y, en realidad, podría haberse conformado con comer en el trabajo, pero la idea de que Xenia estuviera sola en casa le había hecho retroceder en el tiempo. Raquel era la única que estaba en el salón, así que Simón pensó que Xenia debía estar en la cocina. Justo en ese momento Raquel también le dijo.
-Xenia está en la cocina.
-Sí, siéntate, yo iré.
Cuando Simón entró en la cocina, cerró la puerta tras de sí y Xenia estaba a punto de cocinar cuando oyó que la puerta se cerraba y se giró para ver la cara desencajada de Simón.
-Contraté a una niñera para que te cuidara, ¿dónde está ahora?
-Raquel vino a hacerme el reconocimiento médico y no había nada que hacer aquí para la niñera, así que la mandé primero.
La casa estaba limpia y la nevera estaba llena de comida, así que Xenia no tuvo que ir al supermercado. Y la cocina estaba lavada y preparada con toda la verdura y la carne, y no le costaba nada hacerlo.
Pero Simón aún no estaba satisfecho, -quiero que descanses, si siempre estás haciendo las tareas de la casa...
-Pronto tendré la comida preparada, ¡salid y esperadme!
Simón no dijo nada, pero tampoco se fue, en cambio se acercó a ella y la abrazó, diciendo en voz baja:
-No tenemos mucho tiempo juntos y tú estás pasando este corto tiempo cocinando, ¿qué voy a hacer entonces?
Antes de que Xenia pudiera reaccionar, fue besada por él. Pero Xenia inconscientemente evitó el beso. No quería que Raquel viera a Simón besándola, ya que él seguía en el salón.
Xenia alargó la mano para apartarlo y Simón la tomó directamente en la suya y le exigió:
-Déjame besarte de nuevo.
-¡No! Tía Raquel está ahí fuera, se va a enterar -Xenia negó con la cabeza.
Pero Simón no se conformó con un solo beso:
-Cerré la puerta con llave, no se va a enterar.copy right hot novel pub