Probablemente porque el aura de Raquel era tan fuerte, o tal vez porque Dylan temía no poder hacerla cambiar de opinión, el hombre sudó nerviosamente y miró a Raquel con expresión de impotencia.
-Señorita, eso fue hace muchos años, ¿y todavía lo recuerdas ahora? Tu padre se habría arrepentido hace tiempo.
-¿Arrepentirse? -Raquel no pudo evitar soltar una mueca ante sus palabras- Dylan, ¿será que lo que vi y oí en casa aquel día era todo mentira? Si él tuviera un mínimo de remordimiento, no estaría haciendo estas cosas ahora. ¡Lo vi todo con mis propios ojos! Incluso si se arrepintiera, ¡solo se habría arrepentido de no torturarnos a mí y a mi hermana un poco más fuerte!
Las emociones de Raquel se encendieron ante la mención de lo sucedido entonces, y había ira en sus ojos.
Xenia miró a la tal Raquel con cierto asombro.
¿Qué ocurrió entonces y por qué se produjo este desenlace entre padre e hija?
Al ver el enfado de Raquel, Dylan no supo qué decir, pero entonces recordó que el objetivo de su visita de hoy era pedirle a Raquel que volviera. Pero estaba claro que una o dos visitas no impresionaran a Raquel, así que tuvo que tranquilizarla.
-Tranquila, sólo estoy aquí para hablar contigo, si realmente no quieres ver al señor Jorge, entonces no te obligaré a ir, ¿no?
Al oír esto, Raquel sólo se dio cuenta de que había exagerado y se volvió para controlar sus emociones por un momento.
Xenia vio esto y sólo pudo acercarse y susurrarle a Dylan.
-Dylan, ella está inestable en este momento, si van a reunirse en este momento, supongo que el resultado definitivamente no será el esperado, ¿por qué no regresas primero hoy?
Lo que dijo tenía razón, y Dylan la miró con un poco más de satisfacción.
Sin embargo, al fin y al cabo era sólo un mayordomo de la familia Carlos, y aunque hablará por ella delante de Jorge, este anciano era realmente muy terco.
Con eso en mente, Dylan asintió.
-Eres muy considerada, está un poco ansiosa, así que por favor, cuida bien a nuestra señorita, gracias.
Xenia estaba bastante impresionada con Dylan, a pesar de que él había hecho caso a las órdenes de Jorge de dejarla ir antes.
Pero Xenia pudo ver que no había ningún rastro de malicia en los ojos de Dylan, sólo bondad.
Se trataba de un anciano de muy buen corazón.
Pensando en esto, Xenia le sonrió.
-Nos vemos la próxima vez, y ten cuidado en el camino.
Cuando Dylan se fue, Xenia volvió a cerrar la puerta.copy right hot novel pub