Raquel llevaba un buen rato sentada sola en el restaurante, pero Xenia no había vuelto. Cuando su móvil vibró sobre la mesa, Raquel lo cogió y lo miró, y comprobó que era un mensaje de Simón.
Pero Xenia no estaba.
Era mejor esperar a que ella volviera antes de leer el mensaje.
Raquel volvió a apagar el teléfono y esperó un poco más, pero Xenia aún no había regresado.
Raquel frunció el ceño, sintiendo vagamente que algo iba mal.
Hizo una seña al camarero para que liquidara la cuenta, luego recogió todas las coas de Xenia y pidió al camarero que la llevara al baño del restaurante.
Resultó que el baño estaba vacío y no había nadie.
-¿Qué está pasando? ¿Dónde está? -preguntó Raquel.
El camarero también tenía una mirada extraña.
-No estoy seguro, esa señora se acercó hace un momento después de preguntarme dónde estaba el baño, y no me pareció verla salir después de ese... Pensé que no se sentiría bien del estómago, así que no pregunté.
-¿Tienen otros baños en este restaurante además de este?
El camarero se mordió el labio inferior y negó con la cabeza.
-Ya no, este es el único baño que también usa nuestro personal.
Después de escuchar que sólo había un baño en este restaurante, Raquel pensó entonces en lo que había pasado antes y comprendió al instante lo que había sucedido.
Uy.
-Señora, ¿qué tal si volvemos a entrar y la buscamos?
-No, no está ahí -Raquel contestó con frialdad.
Raquel probablemente pudo adivinar ahora a dónde fue Xenia, la mirada en sus ojos y el aura que la rodeaba instantáneamente enfriaron...
¡Jorge!
Raquel se dio la vuelta y se dirigió al exterior, pero se sorprendió al encontrar otro desvío al otro lado del pasillo, así que lo rodeó.copy right hot novel pub