Rafael no esperaba que ella reaccionara mal por sus preguntas. Tampoco entendía por qué Naomí había dicho eso. “¿Ya no confía en mí? ¿Sospecha de todo lo que diga yo?” pensaba Rafael.
Con la intención de distensar el ambiente y tranquilizar a Naomí, le mostró una sonrisa. No obstante, salió mal, muy mal, porque la sonrisa hizo que la cicatriz en su cara fuera aún más notable y horrible. Eso asustó a Naomí.
Naomí asustada le dijo con voz temblndo, -¿Tú...Qué quieres?-
Al notar el miedo que tenía ella, Rafael se quedó desconcertado. De repente, se le ocurrió algo: la cicatriz que tenía en la cara. Después de tocar su cicatriz, cambió esa sonrisa por la seriedad habitual. Luego, preguntó a Naomí, -¿Te ha asustado mi rostro actual?
Sin ninguna respuesta de ella, se puso un poco triste mientras mientras sentía pena por haberle asustado. Él sabía que la cicatriz de su cara era un poco terrible, sobre todo cuando se sonría. Siempre había sido consciente de evitar que los demás vieran la cicatriz, pero este día se lo había olvidado.
Viendo que estaba un poco deprimido, Naomí también se contagió de esa melancolía. Luego, empezó a culparse por lo que había pasado.
Ella no quiso dañar el amor propio de este hombre, entonces, trató de consolarle, diciendo, -No, no me asustaste. Todo fue un malentendido.
Tras pensar por un ratito, Naomí añadió, -Tus preguntas me pusieron alerta. Tu reacción me preocupó que me impidieras mi viaje con Bernabé. Por favor, no lo tomes mal.
Rafael volvió a levantar la cabeza, lo cual dejó entrever su cicatriz a Naomí. Sinceramente, era terrífica. “La herida anterior debe ser muy dolorosa.”pensaba ella.
Rafael le respondió, -No te preocupes. En realidad llevo mucho tiempo sin tener noticias sobre Simón, y necesito verlo, de modo que he venido aquí para viajar con vosotros.
Naomí soltó un suspiro de alivio, por fin las alarmas se cancelaron. Ella no pudo evitar quejarse, -¡Uff! ¿Por qué antes no me lo dijiste directamente? Ese ambiente tan raro casi me mató. Pensaba que me impedería el viaje.
Rafael entendió que sería mejor que hablara sin redeos con ella la proxima vez. En ese momento, Naomí cogió esa tarjeta de identidad en la mesa, y le preguntó, -¿Quieres que te ayude a reservar un boleto más para ti?
-¡Exacto! Un boleto del mismo vuelo que tú vas a tomar, por favor. Luego, te pagaré el doble del precio.copy right hot novel pub