-¿Te gusto? -Naomí le preguntó a Rafael.
Rafael se quedó en silencio.
Eran solo unas palabras, pero hicieron a Rafael pasmado.
Suspenso, Rafael no podía creer lo que había pasado.
Incluso, se creía que tenía alucinación acústica.
Si no fuera así, no podría escuchar que Naomí le preguntó si le gustaba.
Sea como sea, Naomí no parecía a la persona que hizo esta pregunta.
Pero de verdad, Rafael la había escuchado.
-Pues -la cara de Rafael se puso roja y se turbó más-. No es como lo que piensas. Lo has malentendido.
-¿Lo he malentendido? -Naomí se confundió y miró hacia el vaso de agua.
Rafael no supo qué decir.
Un vaso de agua no significaba nada. Aunque antes a él le gustaba, no lo aceptó. Ya que ahora Rafael tenía una cicatriz en la cara, sería más imposible que le gustara.
Además, su cicatriz solo la asustaría.
-No pasa nada -Naomí encogió los hombros-. Pues lo he malentendido. Vuelve a dormir.
Nunca se había pensado que Naomí reconocería que lo había malentendido como así y tomaría el agua directamente.
Rafael empezó a sentirse triste. Mirando a Naomí, a quien no le importaba lo que pasó, quería decirle que no lo había malentendido y le gustaba.
Pero al recordar la cicatriz en su cara, desapareció la idea de decírselo.
Rafael dudó muchas veces, pero al final, se fue de la cocina sin palabras.
Después de tomar un vaso de agua, Naomí lo vio saliendo callado y se extrañó.
¿Era su ilusión? Naomí sentía que Rafael no estaba bien.
¿Era por la pregunta que le había hecho? Naomí no lo hizo a propósito, sino porque el aspecto de Rafael parecía al suyo cuando ella veía a Diego.copy right hot novel pub