No estaba segura de si Diego realmente quería quitarse el abrigo y ponérselo. Quería detener los movimientos de Diego, pero tenía miedo de que si hiciera esto y luego Diego lo negaría, y sería ella la que malentendía por su propio deseo.
Pero si no diría nada, si realmente se quitaría el abrigo y se lo pondría a ella después, ¿él no sería la persona que sufriría el frío?
En comparación con que Diego sufriría el frío, ¡Naomí preferiría sufrir el frío ella!
Cuando estaba pensando en esto, Diego ya se había quitado el abrigo y luego la miró con ojos fríos y caminó hacia adelante con su abrigo.
Al ver esto, Naomí retrocedió inconscientemente.
-¡No quiero!
Diego dio un paso de repente y frunció el ceño.
-Ven aquí y ponte este abrigo.
-¡No! -Naomí lo miró obstinadamente, se mordió el labio inferior y negó con la cabeza con firmeza-, ¡Póntelo tú solo, no tengo frío!
Una mirada infeliz e impaciente apareció en los ojos de Diego, y frunció el ceño. ¿Por qué esta chica era tan desobediente? Entrecerró los ojos levemente, -¿Te parece que creo en tus palabras? Ven y póntelo tú sola, o ¿voy yo y te hago ponerlo?
Naomí se quedó sin palabras.
Si sería posible... Ciertamente esperó que Diego viniera a ponerle este abrigo.
Qué cosa tan romántica que un hombre pone un abrigo a una mujer.
¡Ah, no podría ser!
Naomí negó con la cabeza vigorosamente, dejando que esos pensamientos encantadores desaparecieran de su mente, y al ver los ojos indiferentes de Diego cuando regresó a sus sentidos, todavía no podía superar.
El clima era demasiado frío, y realmente no quería que Diego sufriera el dolor que acababa de sufrir.
Mientras que ella estaba pensando en eso, Diego ya se había acercado a ella.
Naomí abrió los ojos inconscientemente y quiso dar un paso atrás, pero Diego dio un paso grande, y en un abrir y cerrar de ojos se acercó a ella y levantó la mano.
Un abrigo cálido estaba sobre los hombros de Naomí.
Naomí estaba atónita, mirando inexpresivamente a Diego quiene estaba frente a ella.
La distancia estaba al alcance de la mano.
Levantó la cabeza y vio la barbilla de Diego. Probablemente debido a la urgencia de tomar el avión, no tuvo tiempo de afeitarse, por lo que en ese momento apareció un poco de escoria en la barbilla.
Antes tal distancia solo podía lograr con su propio esfuerzo e iniciativa.
Pero ahora, ella no tomó la iniciativa de acercarse a Diego.
Fue él quien tomó la iniciativa de acercarse a ella.
Sin embargo, Naomí no tuvo tiempo de saborear este sentimiento. Diego ya se había retirado de ella. Él puso su abrigo sobre su cuerpo, solo abotonó un botón y luego se retiró, y luego dijo con voz profunda, -Abotona los otros botones.
Naomí lo miró sin comprender, luego miró el abrigo con solo un botón abotonado.
El abrigo de su cuerpo todavía tenía la temperatura que pertenecía a Diego.copy right hot novel pub