Xenia malentenderá...
Xenia malentenderá...
Solo quedaban estas palabras en la mente de Naomí, y un pensamiento sorprendente pasó por su mente, y Naomí lo borró y negó rápidamente.
¿Cómo podría ser esto? Ella debería estar equivocada.
Aunque Naomí se consolaba a sí misma, Diego se dio cuenta de que su rostro se puso pálido en ese momento, como si hubiera recibido una noticia terrible.
Cuando la rechazó antes, su rostro no era tan feo.
Al pensar en esto, Diego se dio cuenta de que probablemente había entendido mal lo que acabó de decir.
Sin importar si fuera necesario, él frunció el ceño y le preguntó, -¿En qué estás pensando?
Estaría bien que no preguntara, y cuando le preguntó, le dio una sensación como si tuviera la conciencia culpable. Naomí se mordió el labio inferior y reprimió los pensamientos en su corazón.
-Acabas de decir que Xenia malentenderá, ¿a qué te refieres?
Se mordió el labio inferior y preguntó en cuclillas.
Al escuchar, Diego frunció el ceño.
Realmente entendió mal lo que quería decir.
Afortunadamente, había hecho una pregunta más.
Diego cambió la bolsa que tenía en la mano al otro lado y dijo en voz baja, -Xenia es mi única familiar, y también soy el único pariente de ella. Si yo, su hermano, tengo algún progreso de mi relación, ella definitivamente será la que más se preocupe. Y tú, eres su amiga, no quiero que ella piense que hay alguna posibilidad entre tú y yo, e incluso que piense en formas para que estemos juntos.
Estas palabras quedaron claramente, ¿no?
Después de escuchar la explicación de Diego, ella exhaló un suspiro de alivio, pero al mismo tiempo sintió como si su corazón hubiera roto.
Afortunadamente, no fue lo que pensaba.
Pero... en realidad no le gustaba ella hasta tal punto, temía que Xenia buscara formas para que estuvieran juntos.
Ella bajó los ojos, como si perdiera el ánimo.
-Está bien, ya veo, compro un abrigo más tarde, y te devuelvo tu abrigo.
Después de hablar, rápidamente se volvió y caminó hacia adelante.
Esta vez, Naomí caminó muy rápido y rápidamente se volvió cuando vio una tienda de ropa para mujeres cerca.
Naturalmente, Diego tampoco entró, de pie afuera esperando con indiferencia con una bolsa en la mano.
Aproximadamente unos minutos después
Una vendedora salió con un abrigo negro en la mano, miró a su alrededor y finalmente fijó sus ojos en Diego, como si estuviera confirmando algo.
Diego notó que estaba sosteniendo su abrigo y se acercó.
-¿Cuál es el problema?
-Señor, ¿este abrigo es suyo?
Diego asintió con la cabeza, -Bueno, ¿todavía ella no compró nada?
La vendedora sonrió, sus ojos parecían un poco incómodos.
-Sí, la señorita nos pidió que le devolviéramos el abrigo a usted.
Diego guardó silencio por un momento antes de extender la mano para tomar el abrigo.copy right hot novel pub