Luego se fue a la cama porque comió mucho durante el día.
Sólo después de estar embarazada se volvió adicta a comer y a dormir, por lo que tuvo que controlarse.
Xenia había pensado que no podría dormir porque tenía hambre, pero pronto estuvo en el país de los sueños.
***
Diego había estado sentado en el sofá del salón, leyendo el periódico una y otra vez.
El tiempo pasó.
La médica salió de la habitación de Naomí y se quedó helada al ver el salón vacío.
Diego la vio y se levantó.
-Hola.
-Hola.
-¿Cómo está? -preguntó Diego, mirando hacia la habitación de Naomí.
La médica, no sorprendida por la ausencia de Simón, esta no era la casa de Carlos y sabía que eran todos los amigos de Simón, dijo, -Ha empezado a perder la fiebre y, debería recuperarse pronto, por experiencia, pero aún necesita descansar y abrigarse.
Luego le entregó a Diego una bolsa.
-Esta es su medicina, he anotado la dosis y tendrás que recordarle que la tome cuando se despierte.
Diego cogió la bolsa amablemente, asintió y se despidió de la médica.
Miró la medicina en la bolsa, dudó un momento y luego entró en la habitación.
La habitación
Naomí estaba en la cama, tranquila, con el rostro enrojecido por la fiebre, pero con los labios un poco pálidos y de aspecto débil.
Se acercó a ella, se agachó y puso la bolsa en la mesita de noche.
Diego podría haberse ido sin más.
Pero, en cambio, se quedó quieto.
Giró lentamente la cabeza para mirar a Naomí.
En la tenue luz, Naomí se veía hermosa.copy right hot novel pub