Había pasado una semana desde el casamiento de Emma y Kevin. Los recién casados estaban disfrutando de una espectacular luna de miel en Hawai. Supuestamente sería un viaje de diez días, pero evidentemente no les bastó. Al final se extendió a quince días en total. Mientras tanto MELODY, era fielmente manejado por Priscila, quien había decidido terminar con el aislamiento y volver a su casa, su trabajo y su rutina.
Era lunes, lo cual daba inicio a una semana agitada, ya que los empleados comenzaban a tomarse sus merecidas vacaciones. En ese momento faltaba personal y Samy estaba abarrotada de trabajo.
Priscila se encontraba atendiendo los teléfonos y cobrando en la caja, de a ratos vigilaba que todo en la cocina marchará bien.
Cuando volvió con algunas vajillas limpias para ordenar en el mostrador, se percató de la presencia de Alex en la mesa que ocupaba siempre.
Después del domingo apasionado que tuvo con él y de salir, prácticamente huyendo, no volvió a verlo. Alex le envió mensajes incluso la había llamado pero ella lo ignoró totalmente. El único día que ella lo había visto, fue cuando sus padres volvían a USA. Él había ido a casa de Priss para despedirse de ellos, suponiendo que ella estaría en MELODY, pero ese día se encontraba en su casa. La visita fue breve y muy triste. Priscila no quiso dejarse ver, pero lloriqueó detrás del muro de la cocina escuchando como se despedían y se deseaban lo mejor. Sin duda Alex se había ganado el cariño y la confianza de sus padres, estos lo querían como si fuese uno mas de la familia. Habían dejado atrás todos los malos momentos que Alex les había hecho pasar, y habían dado vuelta la pagina para comenzar de nuevo.
- Prométeme que cuidaras de mi hija. O por lo menos haz el intento de acercarte a ella, gánate su confianza nuevamente. Ella te ama Alex, no le guardes rencor.- Habia rogado Hanna.
- Voy a hacer lo que este a mi alcance mientras esté aquí. Pero no renunciare a ella, Eso se lo puedo prometer.- Había respondido con total seguridad.
Alex se encontraba sentado en la mesa que siempre ocupaba. Cerca de la entrada principal, frente a uno de los enormes ventanales que daban a la calle. Como ya estaba ocupada por alguien mas, pidió permiso para compartirla. Miraba distraidamente todo el lugar, como si estuviera memorizando cada detalle. Priss trató de seguir tranquilamente con lo que estaba haciendo, pero le fue imposible. No podía dejar de mirarlo, y ver que la muchacha que compartía la mesa con él lo miraba con descaro, le dió una punzada de celos. Mientras apretaba con mucha fuerza una pequeña taza de café, se dio cuenta de la mirada penetrante clavada en ella. se puso notablemente nerviosa y la taza resbaló de sus manos, emitiendo el sonido de la porcelana golpeando con el suelo. Priscila trató de aparentar que estaba tranquila, pero cuando volvió la mirada hacia Alex, éste había prestado poca atención, y ahora estaba abrazándose con Samy y hablando de algo que al parecer a la muchacha pareció entristecerla.
Cuando Samy volvió al mostrador para cargar los pedidos en la computadora, Priss se le acercó disimuladamente a preguntar por Alex. Samy solo sonrió y le dijo.
-Priss, por que no vas y te sientas con el una rato. Deberías hablar y decirle que no se vaya.-
Priscila abrió los ojos sorprendida y un malestar se instalo en su estómago, la noticia le había caído pésima, y se sintió mal por haber sido tan egoísta y haber ignorado sus mensajes y llamadas. Se sintió estúpida y sola nuevamente.copy right hot novel pub