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Jefe Atrevido: Amor Retardado

Capítulo 241: La gente cambia

Tras haber desayunado, Vanesa siguió leyendo los libros de conducción. Poco después, llamó a Fabiana para que visitaran juntos a la tienda, con que compartirían las dos.

—Si tienes alguna idea sobre la remodelación, díselo a los obreros —dijo Vanesa.

Fabiana sonrió,

—Vale, no te preocupes, me tratas ahora como una socia.

—Te daré comisión por parte de las ganancias, en este sentido eres como una socia —dijo Vanesa.

—Muchas gracias por la confianza, Vanesa —dijo Fabiana—, estoy libre ahora, ¿vamos ahí?

—Vale —dijo Vanesa.

Cuando ordenó todo listo, Vanesa salió de casa y de pronto le llegó un mensaje de Adam.

—¿Cómo has torturado a mi jefe anoche? Lo he encontrado desanimado —preguntó Adam.

En cuanto lo vio, Vanesa suspiró largo y profundo.

«¿En qué está pensando este tío?»

—Oiga, hombre, ayer no volvió tu jefe a casa, ¿cómo podría saber con quién estaba lidiando? —dijo Vanesa con cierta impaciencia.

—¿Ayer tu exmarido no estaba contigo? ¿Y a ti no te importó nada? —preguntó Adam.

De repente Vanesa se quedó sorprendida.

«¿Acaso es mi hijo por quien debería estar preocupada? ¡Qué tonterías está disparando! Además, con lo enojado que estaba ayer Santiago, ¿cómo me osaría a retarle? No soy tonta.»

—Puede que estuviera ocupado en algo urgente —explicó Adam.

Vanesa echó a reír,

—¡Qué excusa que ni siquiera la creerás tú!

De ahí Adam no la respondió porque le entraba razón lo que dijo Vanesa.

Cuando llegó Vanesa al frente de la tienda, vio allí a Fabiana con dos obreros. Estaban discutiendo lo de desmontar los pilares grandes rígidos al fondo de la tienda.

Bajó del coche, Vanesa se les acercó.

Estaban ya desaparecidos los muebles y ahora se veía muy espaciosa la tienda.

—Si tienes algún requisito, puedes planteárselo ahora a los obreros —dijo Vanesa.

Escuchando sus palabras, Fabiana se dirigió precipitada a los obreros,

—Oiga, señores, si es posible, me gustaría que se instalen dos lavabos, y que el estante colgante de atrás lo cambien por uno de vidrio transparente.

En este momento, Vanesa caminó hacia afuera y ahí estaba desmontando la placa un obrero.

—¿Qué nombre vas a ponerle? —preguntó el obrero.copy right hot novel pub

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